El “desierto” era sinónimo de vacío, desconocimiento geográfico, naturaleza bárbara, desnudez, nomadismo, ilegalidad, que debía ser cartografiado y llenado con civilización, orden, vestimenta, obediencia, religión, agricultura, progreso y razón (Lois, 1999; Quijada, 2000; Navarro, 2002; Moyano, 2001-2002; Wrigth, 2003).
De esta forma, durante la presidencia de D. F. Sarmiento (1868-1874) se plantearon medidas para incorporar La Pampa y poner como límite sur del territorio al río Negro. Una vez alcanzado este objetivo, se esperaba expandir aún más el territorio, abarcando el resto de la Patagonia (Navarro, 2002). En palabras del propio D. F. Sarmiento (1811-1888):“El mal que aqueja a la República Argentina es la extensión: el desierto la rodea por todas partes, y se le insinúa en las entrañas; la soledad, el despoblado sin una habitación humana, son, por lo general, los límites incuestionables entre unas y otras provincias. Allí, la inmensidad por todas partes: inmensa la llanura, inmensos los bosques, inmensos los ríos, el horizonte siempre incierto, siempre confundiéndose con la tierra, entre celajes y vapores tenues, que no dejan, en la lejana perspectiva, señalar el punto en que el mundo acaba y principia el cielo. Al sur y al norte, acéchanla los salvajes, que aguardan las noches de luna para caer, cual enjambre de hienas, sobre los ganados que pacen en los campos y sobre las indefensas poblaciones” (Sarmiento, 1999:24-25).
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Con respecto al “desierto” del Gran Chaco, el término se vuelve geográficamente contradictorio, ya que esta región era más parecida a La Pampa húmeda, con bosques y vasta vegetación. Sin embargo, lo que tenía en común, ante los ojos de los dirigentes políticos de la época, es que estas tres regiones (Pampa, Patagonia y Chaco) eran un lugar vacío que debía ser conquistado, colonizado y civilizado.
Una vez ganadas estas nuevas tierras, los indígenas fueron utilizados como mano de obra en diversos ámbitos de la económica, como la ganadería, plantaciones de caña de azúcar, entre otras cosas (Lois, 1999; Bartolomé, 2004). Se estima que un total de 10.656 indígenas fueron asesinados en las campañas del La Pampa y Patagonia, y 1.679 en el Gran Chaco (Sarasola, 1999). Asimismo, para llenar los 3.000.000 de km2 de territorio con progreso y civilización, se fomentó desde el Estado el ingreso de europeos para realizar dicha tarea. Es de esta forma que, entre 1871 y 1914 llegaron 5.573.100 inmigrantes, de los cuales la mitad se radicó en el país (Halperin, 1995; Bartolomé, 2004).
San Rafael entre desierto y oasis
En 1805 se funda San Rafael del Diamante, éste era un fuerte ubicado a la margen izquierda del río Diamante y tenía el objetivo de colonizar el área y comenzar con la evangelización de los indios.
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