Introducción
La siguiente etnografía visual sobre el Canto
a lo Divino nace a partir de la reflexión
generada del trabajo en terreno en el verano del
2006, el que se realizó en la comuna de Cabildo
en la V Región, allí fuimos a buscar
una manifestación tradicional particular
que se encuentra extendida por todo el continente
sudamericano y que tiene que ver con las representaciones
sobre los textos bíblicos hechas por la comunidad,
en su mayoría agrícola rural.
Esta
particular forma de acercamiento hacia los libros
de la Biblia fue introducido por la Orden Jesuita
en los siglos XVI y XVII. Estos sacerdotes buscaban
evangelizar al pueblo americano a partir de la conversión
de la palabra de Dios al formato de canción,
así las comunidades que en su mayoría
eran analfabetas, podían tener acceso a la
palabra de Dios y tenían la posibilidad de
reproducir el canto y las historias al resto de
la comunidad.
El texto de Francisco Astorga, El Canto a lo Poeta,
nos documenta sobre la época y la forma de
evangelizar de los Jesuitas: “…
desde 1619 hasta 1770, año en que los Jesuitas
fueron expulsados de Chile. Por tanto, fueron 150
años de misiones itinerantes en que los misioneros
iban, de norte a sur, predicando a indígenas,
españoles y mestizos y les enseñaban
a cantar y rezar la Doctrina Cristiana en versos ”.
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La
interpretación de estas canciones no se realizaba
de una manera azarosa, estas poseen una estructura
de décimas, son cuatro décimas que
responden a un tema o fundado, más una quinta
que es la despedida. Esta estructura poética,
denominada rima espinela, proviene
de la España del siglo XV desde donde los
jesuitas la trajeron.
Uno
de los aspectos más interesantes que se desarrolla
en los espacios donde se desenvuelven los cantores
a lo divino, es la idea de comunidad, que se desarrolló
en una primera etapa con los jesuitas y sigue predominando,
reforzándose con el tiempo, es así
que nos encontramos con que las fiestas como vigilias,
angelitos y otras donde los cantores interactúan
con la comunidad. Se establecen vínculos
propios de las formas de relación comunitaria,
como la reciprocidad, por ejemplo de los dueños
de casa que reciben a la Virgen o están velando
un angelito, ellos retribuyen con comida y alojamiento
a los cantores y a la comunidad en general que asiste
a estos eventos.
Como mencionamos en el párrafo anterior,
existe un gran número de eventos en donde
los cantores son invitados, entre ellos los angelitos,
que son los funerales de los infantes que mueren
a temprana edad (hasta los tres o cuatro años),
se les llama angelitos porque según la tradición,
estos niños murieron sin cometer pecado.
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