Lorna Carolina Ramírez Torres


Fotografía, prensa e historia.

¿Por qué fotografía, por qué en la prensa y por qué en la historia? La fotografía, porque es una imagen construida socialmente; la prensa, porque como medio de comunicación reproduce las estructuras sociales y en nuestro país la controlan los sectores dominantes; la historia, porque corresponde a una construcción del pasado hecha desde el presente (Rappaport, 2000:44). Las tres, porque en últimas son elaboraciones que crean y reproducen formas de organizar la sociedad; pero son manipulables, se apoyan entre ellas, se transforman unas a otras, aún así se les atribuye veracidad. Además, mantienen el statu quo y el control de la sociedad desde los sectores dominantes, que generalmente ejercen el poder sobre la prensa, la historia y la fotografía.
 
La prensa y la fotografía: construcción de la segunda realidad.

Por su carácter testimonial, a la fotografía se le atribuyen como características principales la imparcialidad y la veracidad. Sin embargo no ha alcanzado su estatus como fuente histórica o instrumento de la investigación social (Braojos, 1996; Kossoy, 1989: 20 y ss). Esto se debe, en gran parte, a la dificultad que tenemos para aceptar y analizar códigos que se encuentran por fuera del lenguaje escrito (Kossoy, 1989: 22). Observar la fotografía en la prensa, la involucra de forma inmediata con la discusión de lo mediático, en cuanto al papel de los medios de comunicación como creadores de sentido; así, los visuales son los medios más influyentes en la construcción de la cultura



 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

Representación de las guerrillas en la fotografía de prensa: de las guerrillas liberales a las guerrillas comunistas.

La fotografía, como documento histórico, adquiere importancia en la medida que la vista la privilegia. El poder de la imagen está dado por su carácter de veracidad, más aun cuando está inmersa en un medio de oficialidad como lo es la prensa nacional. A través de la fotografía se describe una historia oficial, en la que se privilegian ciertos aspectos y autores de los hechos sociales. La situación política que atravesaba el país entre 1948 y 1966 determinó las condiciones para la conformación de guerrillas, grupos de autodefensa, y grupos de bandoleros, como resultado de la desmedida lucha bipartidista [entre el Partido Liberal y Partido Conservador]; y posteriormente permitió la creación de la guerrilla comunista en Colombia.

La investigación que realicé se centró en analizar de qué forma la prensa escrita nacional representó a las guerrillas a través de la fotografía, cómo registraron el cambio histórico de éstas, y qué factores políticos intervinieron en su representación.

Autor: Lorna Ramírez
Universidad Nacional de Colombia
e -mail: kino_pravda@yahoo.com








Revista Chilena de Antropología Visual - número 4 - Santiago, julio 2004 -
118/137 pp. - ISSN 0718-876x.
Rev. chil. antropol. vis.



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En este caso, el estudio de la fotografía de prensa alude a la vez a la construcción de una historia oficial, donde la prensa consultada es oficialista; pues no podemos ignorar que a mediados del siglo XX el radio y la prensa fueron los principales transmisores de información, y que esta última lo fue especialmente en las ciudades.

La época de la violencia, ha sido tema recurrente en los estudios sociales del país. Se discuten aspectos que la alimentaron, surgen versiones divergentes y aparecen nuevos elementos. La intención de esta investigación es examinar la construcción de representaciones visuales y discursivas sobre las guerrillas y otros grupos armados, en los años posteriores a la muerte de Gaitán, y que sólo hicieron difusa la comprensión del problema para la mayor parte de la población.

La fotografía de prensa en la época de la violencia tuvo un uso restringido, especialmente porque la técnica del momento hasta ahora comenzaba a desplazar la ilustración gráfica.

 

La fotografía y la información, que circulaban a través de la prensa, se enmarcaron bajo intereses políticos liderados por las oligarquías del país. Así, a través de los periódicos, y por qué no decirlo, de las fotografías, se construyó una segunda realidad dirigida a una población citadina y letrada, que se alejaba de la situación que vivía la población campesina en las regiones azotadas por la violencia.

No podemos desconocer los mecanismos de ocultamiento y desinformación empleados con el fin de que ciertos sectores políticos recibieran apoyo de la población, pese a las trágicas circunstancias que atravesaba el país. De esta forma, podemos poner a discutir la historia oficial con las historias que se fueron tejiendo durante la violencia en nuestro país, historias que hombres y mujeres campesinos, guerrilleros, partidarios y revolucionarios fueron hilando poco a poco.



Las fuentes revisadas y los resultados obtenidos

Con el propósito de identificar los cambios en las convenciones de representación de las guerrillas a través de la fotografía de prensa, usé como fuentes fotos de periódicos caracterizados por ser oficialistas, El Espectador (liberal), El Tiempo (liberal) y El Siglo (conservador). La revisión se delimita en un periodo que comienza en 1949, referente para el surgimiento de grupos armados después de la muerte de Gaitán, y termina en 1966, año en que se consolidó la guerrilla comunista de las FARC; si bien, en 1964 se había fundado el ELN, y otros grupos revolucionarios con fundamentos comunistas, fueron las FARC las únicas que provenían directamente de los conflictos desarrollados desde 1948, con amplia conformación campesina y de antiguos integrantes de las guerrillas liberales (Pizarro, 1986). La asignación de meses fue aleatoria, alcanzando a revisar 110 meses. Los resultados obtenidos en número de fotos halladas con referentes de `bandoleros´ o guerrillas fueron en total 75.

 
 
El Espectador
El Tiempo
El Siglo
1949
enero-marzo
0
abril-junio
1
julio-sept.
1
1950
abril-junio
0
julio-sept.
0
oct.-dic.
1
1951
julio-sept.
0
oct.-dic.
1
enero-marzo
0
1952
oct-dic
0
enero-marzo
0
abril-junio
0
1953
enero-marzo
0
abril-junio
1
julio-sept.
9
1954
abril-junio
2
julio-sept.
0
oct.-dic.
2
1957
0
0
julio-sept.
3
1958
0
0
oct-dic
0
1959
0
0
enero-marzo
2
1960
oct-dic
0
enero-marzo
5
abril-junio
0
1961
enero-marzo
1
abril-junio
10
julio-sep
0
1962
abril-junio
5
julio-sept.
10
oct-dic
0
1963

0
oct-dic
3
enero-marzo
1
1964

0
enero-marzo
8
abril-junio
1
1965
00
abril-junio
6
0
julio-sept.
0
1966
00
julio-sept.
10
oct-dic
12
 

Una vez revisados los periódicos y escogidas las fotos, las observé detalladamente desde los siguientes parámetros:
- Contexto histórico en el que se publicó la foto
- Tema presentado
- Tipo de encuadre y plano de la foto
- Texto (artículo o pie de foto) que acompañaba la fotografía

A partir de las referencias bibliográficas, situé el hecho presentado y sus protagonistas, con el fin de identificar a cuál grupo pertenecía y qué otros hechos acompañaron al mencionado en el periódico.

La fotografía en la prensa durante la violencia.
Las historias no oficiales: el desarrollo de la violencia desde la muerte de Gaitán.

Entender la violencia actual en Colombia, necesariamente remite a entender la violencia que inició en los 50; asimismo esta tiene sus bases en la violencia de principios de siglo.


El siglo XX heredó de siglo anterior la hegemonía conservadora (1886-1930) y una configuración regional fundamentada en disputas y rencores entre liberales y conservadores. La creciente inclusión del país al mercado capitalista generó, desde la década del 20, nuevos conflictos, en algunos casos de matices bipartidistas, que involucraron a grupos de campesinos organizados en ligas o sindicatos (de gran influencia liberal o del naciente partido comunista colombiano) enfrentados a terratenientes y latifundistas.

La década del treinta abió con la crisis económica mundial –que afectó ampliamente la economía del país–, el nacimiento del Partido Comunista Colombiano y el fin de la hegemonía conservadora. Elegido presidente de la república, Enrique Olaya Herrera inició una serie de reformas al Estado que encuentran en las fuerzas conservadoras una especial resistencia. El descontento campesino del país es, en cierta forma, asimilado por el segundo gobierno liberal de la época, el de Alfonso López quien intentó formular un plan de desarrollo   agrario   acorde   a   la  mencionada inclusión  al mercado capitalista, devolviendo la tierra a los colonos (Guzmán, Fals y Umaña, 1962: 22-27).

 

La ley de tierras fue vista por el poderoso sector terrateniente y político, liberal y conservador, como una política revolucionaria que atentaba contra la propiedad legítima y la legalidad del orden establecido. Cabe aclarar que el poder político colombiano, desde el siglo XIX se ha configurado a partir y en función de la posesión de tierras. Poseer tierras es la garantía de los poderes locales para mantenerse y perpetuarse, ha sido el arma de dominación sobre las masas campesinas y sobre este es que se dirigen los esfuerzos de la clase dominante colombiana: monopolizar la tierra para mantener su poder, político y económico (Sánchez, 1977). Con este tenso panorama para las elites, alimentado por esa disputa y rencor bipartidista exacerbado, paulatinamente los campos colombianos se convirtieron en lugares donde la tensión entre partidarios de uno u otro partido se empezaba a materializar.





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“Matar liberales no es pecado” lacónicamente predicó, para la época, un párroco boyacense, región donde “la violencia”, nueva etapa de la historia nacional, empezaba a gestarse.

Para la década del 40 el Partido Comunista había perdido su creciente fuerza en el campo colombiano, y de nuevo –en 1946– el poder vuelve a los conservadores con Mariano Ospina Perez, quién gracias a la división de los liberales logró ganar la presidencia.

El nuevo gobierno conservador inició una serie de políticas reaccionarias, desmontando los progresos democráticos, civiles y económicos que el liberalismo había construido. El nuevo gobierno, valiéndose de fuerzas oficialistas, inició la recuperación, para los terratenientes conservadores, del campo colombiano. "La violencia" construía sus cimientos. El asesinato de Gaitán en abril de 1948, dio forma completa a la violencia. La arremetida contra el liberalismo hizo que el partido decidiera no participar en las elecciones de 1950. Un nuevo gobierno conservador, de Laureano Gómez, empeoró el panorama.

 

Guerrillas liberales se lazan en armas en contra del régimen y como mecanismo de autodefensa frente a grupos parainstitucionales llamados "pájaros". Grupos irregulares de uno u otro bando azotaron amplias regiones del –desde siempre– maltrecho campo colombiano. La fuerza que empezaban a tomar los focos guerrilleros liberales en las regiones de los Llanos Orientales, Sumapaz, Quindío y Tolima, además de los grupos de autodefensa comunista en las mismas regiones, se convertía en una preocupación creciente para los dirigentes de los partidos tradicionales. Sumados a estos, operaban en vastas regiones grupos de bandoleros que, de fuente o no política, desbordaron en acciones ya no políticas sino descarnadamente delincuenciales. (Guzmán, Fals y Umaña, 1962: 31-88; Sánchez, 1991: 39-88)

Gómez enfermó y dejó la presidencia un tiempo a Roberto Urdaneta. La complicada situación llevó a que las elites conservadoras y liberales gestaran un golpe militar que fue llevado a cabo el día en que Gómez reasumía su presidencia: el 13 de junio de 1953.


Una etapa de violencia culmina en este periodo y más se avecinan: la del 53, con la primera amnistía; la del 54, al fracasar la primera amnistía e iniciarse la segunda; la del 57, con el fin de la dictadura militar; la del 59, con el ataque a regiones comunistas; y la del 64, con la formalización de lo que serían, a partir de grupos campesinos de autodefensa, las FARC.

Después del golpe el General Gustavo Rojas Pinilla, presidente de facto, lanzó una primera política de amnistía a la que se acogieron un gran número de guerrilleros liberales, en especial los de los Llanos Orientales. En el Tolima muchos guerrilleros liberales y comunistas no confiaron en las intenciones del nuevo gobierno y decidieron mantener sus armas. La segunda amnistía, en 1954, coincidió con el asesinato sistemático de los principales líderes guerrilleros que se entregaron. Alianzas entre guerrillas liberales que acuerdan posiciones políticas con los núcleos comunistas hicieron de estas ahora grupos mucho más peligrosos.





 

Los enfrentamientos entre los "limpios", guerrillas liberales, y los "comunes", guerrillas comunistas, no se hizo esperar, en medio de la aparición de nuevas guerrillas para y pro institucionales: "las guerrillas de paz" que, conformadas por elites económicas y regionales de los llanos orientales, combatían tanto a "limpios" como a "comunes". Es de resaltar el hecho de que la segunda amnistía, en 1954, fue diseñada especialmente para acoger a estas "guerrillas de paz" (Alape, 1985: 67-100; Sánchez, 1991: 91-137).

Unas guerrillas liberales que se unen a los núcleos comunistas, siguen la resistencia. Otras guerrillas liberales se mantienen al margen del gobierno de Rojas y son funcionales para su partido en el momento en que este, el partido liberal, ya no ve con buenos ojos al gobierno de Rojas por sus tendencias populistas. Una fuerte oposición de ambos partidos, el asesinato de estudiantes universitarios el 8 de junio de 1954, la explosión de un cargamento militar de dinamita en Cali, el incendió de los  periódicos El  Espectador
y El Tiempo entre otros hechos, sumados a una campaña de desprestigio contra el gobernante, llevan al país al primer y único paro, desde entonces, de comerciantes e industriales.

Rojas se ve obligado a dejar el gobierno el 10 de mayo de 1957, abandona el país y una junta militar asume el mando. Antes, en Europa, Alberto Lleras y Laureano Gómez firmaron sendos tratados entre los partidos donde se comprometían a detener el enfrentamiento entre las colectividades, en aras de bajar a Rojas del poder mediante un pacto que repartía el poder entre los dos partidos, presentando candidatos únicos escalonadamente y respetando cuotas iguales en la administración pública.

Al caer Rojas e implantarse esta nueva política, "El Frente Nacional", las guerrillas liberales dejaron de ser útiles para el partido (que nunca las reconoció oficialmente) y las que no se sumaron al ejército en la lucha contra "los comunes" se unieron a ellos. La arremetida militar en contra de Villarica y Sumapaz en 1959 hace desplazar, en Columnas de Marcha, a los núcleos comunistas hacia otras regiones donde fundan nuevos caseríos
.
 

"Repúblicas independientes" fueron llamadas por Alvaro Gómez estas poblaciones, atemorizando al establecimiento que veía en ellas posibles focos de subversión comunista. La idea de recuperar la integridad nacional y de hacer respetar la institucionalidad vigente concluyen en el asalto a estas "repúblicas independientes": Marquetalia, Riochiquito y el Guayabero a mediados de 1964 (Alape, 1994: 22 y ss). Nuevas columnas de marcha se dirigen hacia el Duda, el Ariari y el Guaviare (Molano, 1990: 286). La reunión de los núcleos de guerrilla comunista de realiza en 1964 en la “Conferencia del Bloque Sur” y, a partir de su plan estratégico, luego de algunas acciones militares aisladas, llegan a una nueva conferencia en 1966 donde se fundan las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia FARC. (Alape, 1994: 67-242; Sánchez, 1991:149-202).



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La identificación de los personajes encontrados en los fotos requiere mayor investigación sobre cada uno de los grupos y sus integrantes. Aunque no he identificado a todos, los siguientes fueron los personajes más fotografiados: Sangrenegra, Mariachi, Desquite, Efraín González, Chispas, Ciro Castaño, Tirofijo y Guadalupe Salcedo.

 
Sangrenegra

Norte del Tolima.
De Ascendencia conservadora, dio muerte al hijo de un jefe conservador, por lo que tuvo que cambiar de partido, y se identificó con muchos campesinos liberales, siendo reconocido como guerrillero. Sólo se le calificó de bandolero, cuando rechazó la entrega de armas en la primera amnistía.



 
Mariachi – Jesús María Oviedo

Sur del Tolima.
Guerrillero liberal limpio. Tuvo buenas relaciones con la Dirección Nacional Liberal. Comandó a Chispas y posteriormente lo acusó de tener un plan subversivo, convirtiéndose así en su enemigo.


 
Desquite –José William Aranguren

Norte del Tolima.
Guerrillero liberal. Había prestado servicio militar. Su padre y su hermano fueron asesinados por un alcalde conservador, por lo que se inició en la guerrilla. No se interesó a adherir su cuadrilla a la unión bajo el ideal comunista. Mantuvo buenas relaciones con los jefes locales y regionales y a la vez con los campesinos liberales.

´Bandoleros´. ´¡Fuego a los bandoleros´” y más adelante, “el gobierno decía que estaba luchando contra bandoleros, salteadores, malhechores; y el liberalismo oficial decía que no fueran a confundir el liberalismo auténtico con esos malandrines” (Alape, 1985: 94-95). Así que aquellas fotos ponían en el mismo saco a guerrillas liberales, comunistas, bandidos, y otros grupos de autodefensa, calificándolos a todos como bandoleros. Respecto a esto quiero mencionar tres aspectos: uno, es que esta falta de distinción no es para nada inocente, sino que responde más bien a la construcción de una historia oficial, donde los grupos oligárquicos, sin importar de qué partido son, pretenden mantener el control del país, minimizando la violencia, y creando un clima favorable para apropiarse de vastos territorios en todo el país (no podemos olvidar que la violencia ha estado vinculado al problema de la tenencia de la tierra). Otro, es que si bien no hay una distinción entre los grupos a través de la fotografía, sí se percibe un cambio de representación entre las fuerzas oficiales y las no oficiales, es decir, la forma como aparecieron retratadas fuerzas militares y policiales fue notablemente distinta a la de los “bandoleros”.


 
Por último, hay que decir que tal distinción no se hace únicamente en cuanto a la fotografía, sino que se refuerza a través del texto. Es imposible desligar la representación fotográfica de artículos y pie de fotos, donde aparecen términos como malhechores, facinerosos, bandidos, reafirmando que “los contextos tampoco son nunca inocentes” (Meyer, 1985).

Así, las fotografías de los personajes que pertenecen a diferentes grupos armados, guardan convenciones de representación similares:
La historia contada a través de la fotografía de prensa.

Ya había mencionado la valoración de veraz e irrefutable con la que se enmarca la fotografía; sin embargo múltiples filtros de selección y transformación son pasados por ésta: desde el fotógrafo hasta el editor (Braojos, 1998) e incluso el receptor (Vilches, 1987). Teniendo en cuenta el esquema propuesto por Kossoy, mediante el cual expone los tres elementos que constituyen la fotografía: asunto, fotógrafo y tecnología (Kossoy, 1990:23-27); incluiría uno que determina también la imagen misma: el contexto social, político y cultural en el que se produce. Creo que es fundamental, porque sigue unos patrones de representación, que según el momento son aceptados socialmente, y además establece los elementos políticos y sociales que la determinan. Esos –considero– serían los filtros ideológicos que componen la foto. Así, siguiendo a Pedro Meyer, estableceríamos que “aquello que se nos muestra no es nunca inocente”, pues las razones de producción de la fotografía, tienen entre sus cuatro componentes, como lo menciona el autor, un impulso histórico y un propósito político (Meyer, 1984).

 

Mi interés al iniciar la investigación fue identificar si había cambios de representación en el tránsito de la guerrilla liberal a la guerrilla comunista. Sin embargo, encontré varias limitaciones en la observación: primero, el problema mismo de la prensa como fuente de verdad, no solo en cuanto a la fotografía, sino a la información que maneja. Se hizo evidente el profundo desconocimiento y ocultamiento de la violencia –y sus formas– desatada en este periodo. Esto no es nuevo. Segundo, la calificación sistemática, en relación a cualquier grupo o sujeto que se encontraba por fuera de lo legal se encerraba en el término de “bandolero”; es decir, la prensa en pocas ocasiones distinguía los diferentes grupos en conflicto, ni a través de los textos, ni a través de la fotografía. Como lo ilustra Alape, “el nombre de bandolero en su engendro es godo, pero los terratenientes liberales de buena o mala gana, rendidos o violentados lo entronizan y autorizan ante la opinión. Firman un manifiesto...en el que dicen con eufemismo que los rebeldes llaneros son ´cuatreros`, ´maleantes`, ´prófugos de las cárceles´.


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Efraín González

Bandolero conservador. Fue cabo del ejército y desertó. Su grupo tuvo fuertes bases urbanas. Este caso de bandolerismo conservador fue relativamente aislado, pero su dinámica interna y trayectoria fueron semejantes a las del bandolerismo liberal.


Tirofijo – Pedro Antonio Marín (Manuel Marulanda)

Se inició como guerrillero liberal de autodefensa, y luego se inclinó por los comunistas, conformando la guerrilla de las FARC.

 


Ciro Castaño

Guerrillero liberal comunista, compañero de tirofijo en las guerrillas liberales y en la conformación de las FARC.


Guadalupe Salcedo

Jefe de las guerrillas liberales de El Llano; se entregó en la amnistía del 53, y tiempo después fue asesinado por el ejército.

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¿Cómo se van representando las guerrillas a través de la prensa?

La fotografía de prensa tiene usos sociales, que son los que contribuyen a la construcción de sentido y a su reproducción. En esta investigación identifiqué tres tipos de uso de la fotografía, según lo que quiere transmitir: identificación, exposición y acción.


 
Las fotos de identificación permiten reconocer una persona, lugar u objeto. El elemento central está aislado de su contexto, y generalmente son fotos en primer plano, que no necesitan un pie de foto extenso.
 


Las que clasifico como fotos de exposición, quieren expresar algo como “así ocurrieron las cosas”, es decir, se presentan los hechos “tal y como fueron”. Se ubican en un espacio de tiempo y lugar específicos, y las tomas suelen ser planos generales. Muchas veces sus personajes aparecen posando.
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Las fotos de acción casi nunca aparecen cuando se fotografía este tema. Son escasas las fotos de guerrilleros armados, no se vislumbra algún tipo de estrategia u organización dentro de los grupos. Cuando se representan en grupo, casi nunca superan los 5 integrantes, salvo cuando ocurre la entrega de las guerrillas del llano, durante la amnistía. La ausencia de fotografías de acción, permite una posición de acción imaginada, donde se transmite la idea de la guerrilla o bien como una fuerza pequeña, insignificante y fácilmente vencible o bien cuya acción solo se manifiesta mediante los relatos y los textos.

Frente a la escasa representación en acción de las guerrillas, me parece necesario enmarcarlo en la representación que se hace cuando se trata de hechos similares en un contexto geográfico distinto, y su significación. El contexto socio-político mundial determinó enormemente los destinos del país y se medió a través de la prensa: la lucha contra el comunismo, la satanización de cualquier grupo revolucionario, y los conflictos en todo el mundo ocasionados por estos, se representaron en su mayoría con fotos de acción, alertando sobre el peligro de estas poderosas fuerzas.
 
Pero la historia dentro del país se narraba con otros significantes, donde si bien el comunismo era sinónimo de peligro, se mostraba como una fuerza desarticulada e inestable.

Por otro lado, es necesario mencionar los temas recurrentes en las fotografías de las guerrillas durante la violencia. Es decir, ¿bajo qué tipo de información, se incluían fotos? Encontré tres temas: acciones violentas de los bandoleros, detención o muerte de bandoleros, y la entrega de armas, durante los periodos de amnistía.


 
Finalmente las fotos de acción explicitan cómo sucedieron algunos acontecimientos. Son planos medios que dan cuenta, en parte, del contexto, donde sus elementos centrales están en movimiento. Es una mayor aproximación a lo que allí ocurrió.
 

Cada tipo de foto transmite una manera de percibir esos hechos y personajes. Lo que veo con la observación general de la prensa revisada es que la distribución de las fotos es equitativa en todos los tipos, es decir, no hay predominio de ninguna, aunque es claro que hay preferencias de acuerdo a la sección que se vea: Deportes e Internacional presentan más fotos de acción, mientras que en Nacional predominan las de identificación y exposición.
 
Cuando lo que se quiere ilustrar son los conflictos armados que se desarrollan en todo el mundo, predomina el uso fotográfico de acción, resaltando la fuerza y el armamento. Por su parte, en las fotografías sobre La Violencia son recurrentes las fotos de identificación y exposición.

¿Qué se quiere transmitir con estas fotografías?


Cuando se utilizan fotos de identificación para los grupos armados, se hace a través de retratos, donde se señalan los detenidos, acusados o perseguidos. El rostro corresponde a rasgos de campesinos, hombres mestizos cuya edad promedio es de 30 años. Es usual que se utilice muchas veces la misma foto en diferentes ediciones del diario. Salvo cuando lo especifica, no se sabe de dónde provienen las fotos; cuando lo menciona proceden de archivos policiales, de hallazgos de la policía, o de otros periódicos. Cuando se utilizan fotos de exposición, los elementos centrales son: armas, guerrilleros muertos, capturados o heridos por la policía, o lugares donde actúan; y muchas veces es la policía el ejército quien protagoniza estos hechos.
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La participación activa de las mujeres durante La Violencia es ignorada. De todas las fotos encontradas, solo en dos aparecen mujeres, y particularmente se referencian con algún hombre.

Es el caso de La Mosca, quien aparece como compañera de cuadrilla de El Mosco, bandolero del Quindío, que operaba más por intereses económicos que políticos, a diferencia de todos los casos mencionados en este trabajo. La foto al lado y el alías colocan a la mujer en referencia con el hombre.
 
 
 
Algo similar ocurre con dos mujeres que aparecen armadas al lado de Efraín González. Su imagen en la foto aparece accidentalmente, pues es de González de quien se habla; no hay alusión de ellas, diferente a sus nombres.

Así, la representación que hace la prensa de la mujer la ubica en una posición de victimaria, desconociendo el papel activo que cumple durante La Violencia dentro de las cuadrillas y sus diferentes funciones.
Por último quiero referirme al contexto, el escenario por llamarlo de alguna forma, que compone la fotos. Generalmente son áreas rurales, o caseríos de pueblos pequeños.

Así, al entrecruzar estas categorías de clasificación, uso y tema, encuentro también unas constantes:

Uso
Identificación
Exposición
Acción

Tema

Detención, muerte o heridas a bandoleros
Acciones violentas de bandoleros
Entrega de armas
Total









  
75 fotos
32 fotos
37 fotos
 6 fotos
        


49 fotos
 4 fotos
10 fotos



 
Al comparar temas y uso fotográfico, encuentro que la totalidad de las fotos de acción corresponden al tema de la entrega de armas; en ninguno de los otros dos temas aparecen este tipo de fotos. Por otra parte, es frecuente encontrar en las fotos de exposición cadáveres de “bandoleros” dados de baja por la policía y por el ejército. Generalmente, en capturas y muertes también se decomisan armas –que aparecen en fotografías junto a los “bandidos”–, otra forma de hacer creer que el estado logra vencer estas fuerzas, pues casi aparecen como trofeos de guerra.

Otros parámetros de observación que tuve en cuenta fueron el vestido, el encuadre y la pose. Encontré que a medida que va pasando el tiempo y la historia se teje, se hace evidente el cambio de los grupos armados: las ruanas se reemplazan por uniformes y las escopetas por fusiles.

En cuanto a la representación fotográfica que se hace del guerrillero, puedo afirmar que es exclusivamente masculina, sumada a otros elementos como el mestizo y campesino.

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Salvo dos o tres fotos, e independientemente del tema que tengan, todas las fotos que permiten ver el contexto –de exposición y acción– se enmarcan en el campo. Lo que me parece relevante al cuantificar estos datos, es que es constante la intención de demostrar que las fuerzas estatales están cumpliendo su misión, capturando, hiriendo y dando de baja bandoleros. En ningún momento se hace alusión a los grupos extraoficiales, apoyados por las fuerzas estatales como los pájaros o los chulavitas. Tampoco se ilustran –ni se explican- las razones por las que se están desarrollando tales conflictos. Se hace un señalamiento indiscutible frente a los grupos armados, y se fundamenta en la seguridad de la ciudadanía.

Para finalizar

Uno de los logros, durante la investigación, fue la búsqueda de características que permitan “leer”, interpretar la información que se encuentra en las fotografías. La fotografía de prensa, como eje narrativo de la historia oficial, transmite y construye maneras de percibir, referentes culturales y sociales dentro de los individuos de una sociedad.

 

En el periodo de la Violencia, sirvió para mantener las oligarquías posicionadas en la cúspide del poder, para mantener en conflicto regiones donde la tierra tenía gran valor, y para mantener una relativa tranquilidad y confianza entre los ciudadanos, entendido este término como habitantes de las ciudades. Caracterizada como fuente fidedigna y confiable, la fotografía, junto con el texto escrito, creó una nueva realidad, donde la violencia se vivía en áreas periféricas, fuera de la ciudad. Encauzada la guerra cruda bipartidista por los dirigentes de uno y otro partido en los centros del país, la disputa, en cambio, se desarrolló en los campos.

Este investigación inicial, no dio muchas luces sobre la transformación de las representaciones de las guerrillas liberales en comunistas. En parte, por la escasa distinción que hizo la prensa en los años de la violencia, entre diferentes grupos armados que se conformaron: guerrillas liberales, liberales limpios, liberales comunes, guerrillas de paz, autodefensas y bandoleros.


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Bibliografía

Referencias Teóricas

Braojos, Alfonso.“La fotografía de prensa como fuente histórica. Un modelo de referencia: la aportación sevillana”. En: Imagen e historia. Editado por M. Díaz [pp.69-90]. Asociación de Historia Contemporánea. Marcial Ponts, Madrid, 1996
Kossoy, Boris. Fotografia e História. Atica, Sao Paulo, 1989.
Meyer, Pedro. ¿Para quién y para qué se fotografía?. Casa de las Américas [149:14-21], 1985.
Ruby, Jay. Seeing Through Pictures: The Anthropology of Photography, 1981. Tomado de la página de Jay Ruby en http://www.edu/anthro/ruby/seethru.html.
Vilches, Lorenzo. Teoría de la imagen periodística. Ediciones Piados, Barcelona, 1987.


 

Contexto Histórico y Social

Alape, Arturo. La Paz, La Violencia: Testigos de Excepción. Editorial Planeta, Bogotá, 1985.
Guzmán, Germán (Mons.); Fals Borda, O.; Umaña Luna, E. La Violencia en Colombia. Editorial Iqueima. Bogotá, 1962.
Molano, Alfredo Trochas y fusiles. IEPRI-UN. El Áncora Editores. Bogotá, 1994.
_____________. La Macarena: Patrimonio biológico de la humanidad. Editorial Universidad Nacional, Bogotá, 1990.
Pizarro León-Gómez, Eduardo. “La Guerrilla Revolucionaria en Colombia”. En: Pasado y Presente de la Violencia en Colombia. compilado por G. Sánchez y R. Peñaranda. CEREC, Bogotá, 1986.
_____________. Las FARC (1949-1966). De la Autodefensa a la Combinación de Todas las Formas de Lucha. IEPRI y Tercer Mundo Editores, Bogotá, 1995.

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