Si
observamos estas dos películas como una unidad de sentido, podemos articular
una clasificación distinta, puesto que el Wichan por un lado trabaja
con una representación endógena (con participación de la comunidad), donde
lo mapuche se muestra sin necesidad de recurrir a ritos y ni personajes extravagantes.
Por el contrario, en El Cautiverio Feliz se cae en una representación
constituida desde nuestra cultura (exógena), utilizando fuera de contexto
símbolos como el kultrún, o bien, personajes como la machi. Por otro lado,
es importante señalar que en la colección del Museo Chileno de Arte Precolombino
hay 32 cintas sobre lo mapuche. De este universo, 27 son realizaciones documentales,
que a su vez pueden ser clasificados en varias sub-categorías, o dicho de
otro modo, se pueden determinar distintos subgéneros de acuerdo al énfasis
de cada documental. Algunos ejemplos de estos subgéneros del documental son:
educativo, informativo, estético, histórico, etc. Sin embargo, comparto la
opinión de José López Clemente, en el sentido que la clasificación
de los documentales es algo relativo, que depende de la intención que se adopte
ante una realidad determinada. Existen tantas clasificaciones como autores
han tratado este asunto (López 1960: 28). Por tanto, no
me interesa caer en la elaboración de nuevas clasificaciones, pese a esto,
deseo comentar algunas de las realizaciones documentales estudiadas, porque
según creo, son características de ciertas estrategias de representación de
lo mapuche.
Los Huilliches más Australes, es
producto de una particular estrategia de realización audiovisual ya
que se enmarca en una investigación lingüístico-etnográfica (según se desprende de los créditos). En este video, se desarrolla la permanencia
de ciertas pautas culturales mapuche en la isla grande de Chiloé. La estructura
narrativa del video es del tipo documental clásico, con un inicio marcado
por las tomas panorámicas que contextualizan la zona (también se recurre a
mapas) para después ir tomando los más variados temas, que van desde las creencias
hasta las descripciones de ciertos utensilios tradicionales y sus usos. Se
utiliza en todo momento el recurso del narrador en off, entidad que acota
todo lo que sucede en la pantalla (y fuera de ella).
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