Por eso, al mostrar la utilización de la imagen en GP como una forma alternativa
de jugar con las estructuras (de poder, de representación), antes que querer
decir que este autor representara los intereses del resto de la población;
se quiere mostrar el papel de la imagen como recurso y estrategia de negociación,
en un mundo cuyos canales de comunicación no eran muy accesibles aún para
la población en general. Tal situación se evidencia en el hecho de que la
obra de GP sólo haya salido a la luz apenas a comienzos del siglo XX, a pesar
de haber llegado a Europa en una fecha aproximada a 1615.
Por
el contrario, los grabados de DB, cumplieron el papel de mostrar ampliamente
la imagen del indio y la imagen del español, como imágenes verídicas y legítimas
de una realidad que se construía en la lucha de los imperios europeos por
el poder sobre el Nuevo Mundo. De ahí que los grabados de este
autor fueran (y sigan siendo) relacionados con la consolidación de la Leyenda
Negra y por tanto con el descrédito de los españoles. Nuevamente aquí, el
interés del artículo busca trascender las concurrentes asociaciones, para
realizar una detallada observación de las imágenes y elucidar la manera como
éstas se construyeron, qué privilegiaron y que omitieron. Se trata de mostrar
a través de la imagen, cómo en la representación del otro (indio o español),
se dejan ver elementos del sí mismo (el europeo, el belga, el protestante).
El
análisis de los grabados y los dibujos de estos personajes es un intento (no
absoluto y sujeto a discusiones) de trabajar las imágenes producidas en esta
época, con el interés de reconstruir la importancia de la imagen como mecanismo
de información, comunicación, dominación y subversión; a lo largo de la historia
de las culturas. Se trata de dar cuenta tanto de los regímenes de representación
como de las formas disidentes de emplear y actuar en lo hegemónico. |