UNO

En Noviembre de 2000 Kino-Pravda fue llamado a hacer un trabajo en el barrio Corinto de Suba, en el marco de un proyecto de gestión ambiental comunitaria llevado a cabo por Enda América Latina: Uno de los componentes del proyecto implicaba la recuperación de la memoria del barrio, construido por la comunidad desde mediados de la década del 80 hacia adelante. En vista de que los jóvenes del barrio -o los que conocía el proyecto- se mostraban apáticos se les propuso trabajar, de alguna u otra manera, en video. Kino-Pravda conseguía empleo.

En la primera visita entrevistamos dos jóvenes que como niños vivieron la construcción del barrio y como tales la recuerdan. Pero no por esto fue menos válida su interpretación de la historia y el material grabado siempre se ha prestado para reflexiones, ya no sólo en torno a la memoria sino al cuerpo, la política, la sociedad... Nelson, uno de los personajes, revisó después el material y escogió las partes que no podíamos usar. A partir de esta visita, según nos contaba Catalina García, la coordinadora del proyecto, la motivación entre estos jóvenes empezó a crecer al punto que propusieron una nueva grabación para recrear los juegos que se hacían alrededor del humedal que limita el barrio. Nosotros mientras tanto nos motivábamos hacia la creación de talleres de video con la gente de Corinto.
 


 
Proyecto Corinto.



En Noviembre de 2000 Kino-Pravda fue llamado a hacer un trabajo en el barrio Corinto de Suba, en el marco de un proyecto de gestión ambiental comunitaria llevado a cabo por Enda América Latina: Uno de los componentes del proyecto implicaba la recuperación de la memoria del barrio, construido por la comunidad desde mediados de la década del 80 hacia adelante. En vista de que los jóvenes del barrio -o los que conocía el proyecto- se mostraban apáticos se les propuso trabajar, de alguna u otra manera, en video. Kino-Pravda conseguía empleo.



Autor: Christian Delgado


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Revista Chilena de Antropología Visual - número 2 - Santiago, julio 2002 -
206/211 pp. - ISSN 0718-876x. Rev. chil.
antropol. vis.



   
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La siguiente visita comenzaba a ser decepcionante: Los jóvenes (Nelson) no aparecían y nunca más aparecieron. Sin embargo hablamos con cuatro personas que se movieron bastante no solo en la construcción sino en la lucha del barrio. La Historia según ellos es algo así: A comienzos de los ochentas un político compró una finca en Suba, que comenzaba a consolidarse como barrio en las afueras de Bogotá, para iniciar un proyecto de vivienda comunitaria donde la gente conseguía un lote por precios módicos y auxilios para construir una casa. Todo iba bien hasta que la Superintendencia Bancaria se las ingenió para quitarles los terrenos y usarlos para construir apartamentos. Fue entonces cuando la gente se unió y consiguió ayuda del entonces movimiento guerrillero M-19 que para la época se interesaba bastante en la organización barrial. A través de una lucha conjunta en varios niveles se recuperaron los terrenos y se construyó sobre ellos lo que hoy es Corinto.

Las tres visitas que siguieron sirvieron para recoger imágenes del barrio y hablar un poco más con los personajes. La meta del video que se fuera a realizar ya se hacía más clara entre nosotros: Realizar un documento que en el momento en que la comunidad lo vea, se detone un proceso de recreación de la memoria (¡y por favor en video, por nuestro bien!) con más gente, más tiempo y más presupuesto. ¿Por qué la memoria? Hipótesis de Kino-Pravda: la experiencia de lucha en Corinto creó una comunidad fuerte que con la siguiente generación se empezó a ver cada vez más difusa. Si la gente vuelve a tener conciencia de la historia de lucha del barrio tal vez se vuelva a ver la fuerza e importancia de la comunidad y esto podría servir en términos de gestión y autogestión. De ahí el nombre PROYECTO CORINTO.

DOS

La relativa urgencia de entregar el video en Enda (un poco más de un mes) nos obligó a pensar el montaje con el material ya grabado. Decidimos que las voces grabadas hilaran la historia lineal a partir de una estructura definida en etapas que consideramos relevantes pero también aparecerían relatos cortos, ambiguos, inciertos, paralelos al relato principal que simularan la dinámica de la historia oral.

Todo esto apoyado por pequeñas secuencias de imágenes con una dirección propia dada por nosotros y titulitos (no-se-qué tipográficas lo llaman los expertos) que aparecían por ahí para reforzar o aclarar cosas. El guión se convirtió en una secuencia gigante de intervenciones de seis personajes de entre quince y cincuenta segundos durante cuarenta y tres minutos que tarde o temprano le fueran dando forma a la historia del barrio. Polémico.

TRES

Hay por lo menos dos formas de criticar PROYECTO CORINTO. Desde el documental por un lado y la antropología visual por el otro. En antropología se debe tener en cuenta el video como trabajo etnográfico entendido dentro del marco de la relación antropólogo(s) y comunidad, el diálogo, o posible diálogo futuro, etcétera pues a nivel de contenidos -por lo menos a criterio de quien escribe- el video hace explícitas muchas dinámicas propias de la historia oral y esto se debió a un ojo y oido, más de etnógrafo que de cineasta, al montar. Sobre esto volveremos más adelante. La condición del montaje de PROYECTO CORINTO es bastante apta para ser visto por la comunida más allá del documento audiovisual: la cantidad de hechos y personas contadas, además de los lugares retratados, se presta para que lo comenten mucho mientras lo ven y se despierten no solo simpatías sino -todavía más importante- polémicas frente a la interpretación que los personajes dieron a las historias, interpretación que a la larga -y sobra decirlo- contribuimos a construir. Pensamos tanto en la polémica porque estuvimos con gente que trabajó bastante con el M-19 y no necesariamente la comunidad entera estuvo de acuerdo con lo que el "M" hizo y dejó de hacer. Error-estafa etnográfica: generalizar sobre lo que se ve con la única gente que se habla como se supone se puede hacer con una comunidad indígena que se adueña el antropólogo.

Si se recuerda la intención del trabajo en Corinto, hasta ahora todo bien. Los problemas aparecen desde la crítica del realizador. Muy largo para tan pocos personajes: merece una reedición. Cuarenta y tantos minutos es terreno sagrado y peligroso para el cineasta, algo así como la monografía, se imagina el autor; hubo a quien las constantes intervenciones de Nelson (acordarse más arriba) le parecieron dar banalidad a la historia; el sonido ambiente, según nos garantizaba el editor, estaba al 99% de calidad, cuando en realidad nos damos cuenta que va por el 70%, a pesar de que los diálogos son claros, pues usamos un micrófono de solapa; la fotografía en su mayoría es buena. De verdad.

Son y no son ciertas las críticas desde este punto de vista. Si se piensa el video desde su intención primaria la duración y la carencia de personajes no es ningún problema si vemos que sólo es la primera fase de un trabajo a largo plazo. Algo así como un off-line etnográfico pero con calidad de corte final en cuanto a los racores, elipsis y demás. Aquí estaríamos dando una propuesta metodológica en antropología visual. Depende de dónde se mira, se piensa también qué es o no trascendental en la Historia y las historias.


Cuando no sólo son los hechos sino la forma de contarlos, los gestos, las muletillas, y lo que no se dice, es importante que aparezcan así "audiovisualmente no aporten al relato". Un recuerdo forzoso, una frase dudosa, repetitiva, incompleta, cantinflesca, una interrupción... todo aquello que pone en peligro el ritmo del montaje tradicional y que es limpiado por la tijera del editor es una herramienta de análisis etnográfico importantísima y su buen uso debe convertirse en estilo a propósito de los debates entre cine, cine etnográfico y antropología visual.

CUATRO, FINAL

No queda más que seguir adelante el trabajo en comunidad en el barrio Corinto. Esperamos que el proceso de retroalimentación vaya más allá en cuanto exista presupuesto e iniciativa para iniciar proyectos de comunicación con la gente. Esperamos también que a partir de ese proceso logremos un documento integral que llene las expectativas de la gente, de nosotros y del género documental para entrar a constituirnos como categoría. Estamos mejorando técnica y creativamente todo lo relacionado con imagen, sonido y montaje. Y la reflexión está. Podemos decir que Kino-Pravda existe y dará de que hablar.

Kinopravda es un colectivo de estudiantes de antropología de la Universidad Nacional de Colombia sede Bogotá, que desde 1998 trabaja temas relacionados con antropología visual en investigación, realización y divulgación.

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