Futurologías

Estas líneas van dirigidas a la persona en sí, y a la vez, a todos aquellos que, de una u otra manera, persiguen ese imaginario colectivo que nos une.
Este rescate audiovisual del patrimonio cultural de un pueblo, tiene la intención de rescatar nuestra propia condición de seres humanos, todos valiosos, todos posibilitados de entregar un rostro de la vida, una sabiduría, alguna verdad.
Por eso hablo de "patrimonio cultural humano", porque es el rescate del hombre como tal. Con sus debilidades y grandezas, con su forma de mirar o hablar.
La poesía fluye en las conversaciones cotidianas, recobremos esa capacidad de comunicarnos y de asombrarnos filosóficamente.
De la filosofía de la vida.
De aquella noche de música y palabras.
De la maravillosa, profunda y sorprendente realidad.
Por ese motivo me encuentro hablando ante ustedes, para indicar nuestra intención primigenia.
La idea es abrir nuestras conciencias.
Aceptar y comprender al otro.
Develar nuestra cultura.
Preservar.

 


 
Fragmentos del canto Porteño.


Estas líneas van dirigidas a la persona en sí, y a la vez, a todos aquellos que, de una u otra manera, persiguen ese imaginario colectivo que nos une.

Este rescate audiovisual del patrimonio cultural de un pueblo, tiene la intención de rescatar nuestra propia condición de seres humanos, todos valiosos, todos posibilitados de entregar un rostro de la vida, una sabiduría, alguna verdad.

Por eso hablo de "patrimonio cultural humano", porque es el rescate del hombre como tal.




Autor: Jorge Garrido & Leticia Martínez
Periodista & Diseñadora.


e-mail: jorgalgar@hotmail.com

Revista Chilena de Antropología Visual - número 2 - Santiago, julio 2002-
192/205 pp. - ISSN 0718-876x. Rev. chil.
antropol. vis.



   
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Anécdota Porteña

Quisiera comenzar a fundamentar este proyecto con la revelación de una anécdota que es, también en sí, el comienzo de esta intencionalidad.

Hace ya algunos años atrás, me encontraba en compañía de mi compañera y una pareja de amigos recorriendo distintos lugares de Valparaíso, como queriendo desentrañar, en su única forma, ese mensaje escondido que se encuentra en la humedad de las calles porteñas.

Me encontraba en eso cuando noté que cada vez llegaba más gente, hombres en su mayoría, los cuales se saludaban entre ellos, nos miraban de reojo a nosotros e irrumpían en sonoras carcajadas, brindando entre risa y risa con una caña de tinto.

En ese instante comprendí que debía establecer alguna comunicación con ellos o irme de dicho lugar, algo inexplicable me llevó hacia la barra para hacer lo primero, en mi interior sentía un fuerte impulso por acercarme a esa realidad que me era desconocida hasta ese momento.

Así, llegamos en un momento de la travesía a un bar de aspecto extraño, como sacado de una película de Ruiz, enrarecido por una atmósfera entre sueño y realidad.

Para acceder al local había que bajar por una lúgubre escalera de madera, como quien baja hacia las entrañas de lo desconocido.

Allí, fuimos recibidos por las escrutadoras miradas de los parroquianos y los dueños del recinto, lo cual indicaba nuestra absoluta condición de extranjeros.

Pese a ello, tomamos asiento en una destartalada mesa y pedimos una botella de vino, intentando hacernos parte de su hospitalidad.

En mi condición de anfitrión comencé a relatar hechos que me habían sucedido desde que vivía en Valparaíso, mi llegada al puerto, el interminable subir y bajar de escalinatas para descubrir los caleidoscópicos cerros, la tranquilidad de su gente, el inigualable mar.

Un tanto intranquilo caminé hasta la barra, pedí otra botella de vino y saludé cortésmente a la persona que se encontraba allí.

-Buenas noches- le dije.

-Buenas noches. Usted no es de aquí- me respondió.

-No, soy estudiante y ando con mis amigos conociendo las noches porteñas- contesté.

-Pero que bien, llegó al lugar indicado, nosotros siempre nos juntamos acá antes de ir a trabajar- dijo, mientras me invitaba a hacer un brindis por el querido Pancho.

-Salud. ¿Y cuál es su trabajo?- le pregunté intrigado.

-Acá todos somos "artistas" y trabajamos en los bares del puerto, algunos cantamos, otros tocan la guitarra o cualquier instrumento y deambulamos a través de la noche llevando nuestro oficio a cuestas. Así la pasamos y nos juntamos en este lugar para afinar la garganta antes de salir a laburar. ¿Le gustaría escuchar alguna canción?- me contestó.

- Encantado, creo que para eso estoy aquí- le dije.

Lo que siguió ha sido uno de los momentos más mágicos de los cuales tengo recuerdo. Una a una, aquellas sombras que estaban en la oscuridad comenzaron a moverse conformando una verdadera banda de músicos innatos, cuyas gastadas y melancólicas melodías inundaron la noche. Ahí comprendí que eran como una gran familia que transmitía su "arte" de generación en generación. Ahí comprendí que, en alguna forma, ellos eran parte importante de la alucinante geografía cultural que configura a este querido puerto de Valparaíso.

En ese sentido es que hablo de rescate, como el rescate de una actividad humana que tiene mucho de oficio, de arte, de bohemia, de sabiduría, de existencia.

Hablo del rescate de aquel "patrimonio cultural intangible" que se llama ser humano.
Hablo del contacto con la persona y su experiencia.
Hablo de comunicación.



Y en virtud de aquello postulo a los medios audiovisuales, y en este caso específico el "documental de autor", como soporte de esta intencionalidad por registrar un hecho cultural cualquiera, y en este caso los "cantores populares porteños", el cual constituya un archivo antropológico, social y educativo, que les permita a las futuras generaciones conocer este relato que indaga en nuestra propia condición de seres humanos.

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NUESTRA PROPUESTA

Lo que nos hemos propuesto al realizar este documental, tiene el viejo afán de querer retener aquellas imágenes que recordamos del pasado, como en un interminable y Fellinesco"Amarcord" y, a la vez; pretende indagar (a una suerte de manera de los etnoantropólogos clásicos) en la realidad actual de aquellos a los cuales, para este trabajo, hemos denominado: cantores populares de Valparaíso.

En este sentido, nuestra modesta intención ha sido contribuir, en un aspecto que concierne al patrimonio cultural humano o intangible de la ciudad, a la postulación frente a la UNESCO de Valparaíso como Patrimonio de la Humanidad, pues creemos que el rescate y preservación de una cultura debe partir por aquellos que la conforman, o sea, sus habitantes, sus personas.

Esto no quiere decir que no estemos de acuerdo con el rescate y conservación de los espacios materiales tangibles patrimoniales de Valparaíso, sino por el contrario, creemos que a la par de estos, además, se deben preservar aquellos aspectos socioculturales tradicionales humanos que configuran la identidad propia del puerto.

Aún así, esta percepción tiene un tiempo y un lugar. Lo que yo filmo es una instancia, un momento de una actividad que, según palabras de los propios cultores del movimiento: "ya no es como era antes".

Esto nos remite a una época pasada en donde la bohemia, o "la noche porteña", tenían una connotación distinta a la que hoy posee.

Antiguamente, los bares porteños eran visitados en forma constante por cantores y músicos que interpretaban distintas melodías a cambio de unas monedas. Si bien el itinerario era diferente para cada uno de ellos, solían converger en algún punto de la noche en algún bar en donde permanecían hasta el amanecer. Tengo recuerdos de haber permanecido hasta altas horas de la madrugada en el bar "Lo de Pancho" escuchando canciones de amor y llanto.

El público receptor también era distinto. Los comensales o parroquianos del lugar eran porteños y marinos, estudiantes e intelectuales, forajidos y prostitutas; los cuales coreaban las canciones y participaban activamente en el desarrollo de cada tema. Asimismo, cooperaban con los ingresos del cantor solicitándole algún título.

Según testimonio de los propios cantores, "A veces, uno se desaparecía por semanas enteras de la casa", lo cual demuestra el carácter orgiástico de la actividad misma que ellos definen como: "una fiesta".

En este sentido, nos parece que los cantores populares de Valparaíso representan "un prototipo del pueblo chileno en cuanto a vivir la plenitud del instante, de vivir cada día como el único y el último. Vivir una vida cargado por un voltaje poderoso, que se lo lleva por delante y que lo lanza al disfrute de la vida en totalidad".

La actualidad presenta una situación diferente.

Hoy en día, los conocidos como "bares de viejos" y muchos otros lugares que se presenten aptos para tal, han sido tomados (comercialmente hablando) y desarrollados bajo el concepto de "pubs", lo cual ha llevado a una reducción del circuito en la ciudad de este tipo de ocupación.

A la misma vez, y también como detonante de este cambio en los patrones culturales, está la modificación de la audiencia que concurre a dichos lugares.

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En este sentido, nuestra intención ha sido la de "rescatar" a un grupo de personas que nos parece poseen un alto grado de representatividad sociocultural y que creemos conforman, a la vez, una parte importante de la geografía patrimonial de Valparaíso.

Asimismo, debemos aclarar que nuestro estudio se ha centrado en un grupo de cantores representativos de ese viejo estilo de vida del cual hablábamos antes, descartando a aquellos artistas porteños que trabajan establemente en distintos lugares del puerto.

Retomando lo que decía García Canclini y aplicándolo a nuestra investigación, nos parece de suma importancia el estudio y análisis que se pueda hacer de estos sujetos socioculturales, pues es necesario buscar o abrir campos de reinserción o de reelaboración de su actividad en el mundo globalizado de hoy.

Por tal motivo, nuestro proyecto audiovisual pretende contribuir al acercamiento a una manifestación cultural porteña que se ha visto disminuida, en su radio de acción, en relación con el pasado.

El complejo dilema que aquí se presenta es, por un lado, negativo (en el caso de los cantores que ven disminuido su circuito comercial y su antiguo estilo de vida) y, por otro lado, positivo (al abrirle a los jóvenes nuevos canales de expresión y desarrollo de su propio arte, lo que sin lugar a dudas contribuirá a la formación de una futura identidad cultural, susceptible de un futuro análisis como éste).

En este punto, nos parece pertinente recordar el cambio conceptual y analítico que ha sufrido el término identidad en el cosmos globalizador actual, siendo mucho más pertinente hablar de diversidad que de identidad, debido a la mayor amplitud y tolerancia que nos brinda este nuevo concepto con respecto a su antecesor.

Con relación a esta problemática, es oportuno citar un pasaje del libro "Culturas híbridas", de Néstor García Canclini. En dicho texto, el autor nos dice: "La política cultural y de investigación respecto del patrimonio no tiene por qué reducir su tarea a rescatar los objetos "auténticos" de una sociedad. Parece que debe importarnos más los procesos que los objetos, y no por su capacidad de permanecer "puros", iguales a sí mismos, sino por su representatividad socio cultural. En esta perspectiva, la investigación, la restauración y la difusión del patrimonio no tendría por fin central perseguir la autenticidad o restablecerla, sino reconstruir la verosimilitud histórica y dar bases compartidas para una reelaboración de acuerdo con las necesidades del presente".

En virtud del aumento de las instituciones de educación superior en la región, el público actual que deambula por la "noche porteña" se compone, en su gran mayoría, de jóvenes estudiantes que practica otros gustos o tiene otras prioridades para su diversión nocturna. Esto se suma a que, dada su condición de estudiantes, su poder adquisitivo no es muy alto y de serlo, está destinado a satisfacer otras necesidades más cercanas a su generación. Ello lleva a que "no sea negocio" para los cantores concurrir a los distintos bares, o mejor dicho "pubs", a ofrecer su oficio; ya que el dinero a recaudar es ínfimo.

Este enfrentamiento generacional ha sido favorable para la parte más joven en este momento. Mi subjetivo análisis y experiencia participante de los hechos, me lleva a declarar que en la última década se ha vivido un período de transformación cultural en la escena porteña. Pero, esto no quiere decir que dicha transformación haya sido negativa. Muy por el contrario, me parece totalmente válido el proceso que esto provoca, digno de una investigación mucho mayor.

La irrupción de la globalización, la sociedad de consumo y los intereses de las nuevas generaciones ha llevado a una modificación del escenario local porteño, siendo reemplazados los antiguos bares de viejos por novísimos y modernos "pubs" de estilo internacional, a los cuales también, les beneficia más contratar una banda de rock o de hip-hop que un grupo trasnochado de cantores.

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Esto no quiere decir que tengamos las respuestas a los problemas vividos por ellos hoy en día, para nada, ese no es nuestro propósito. Lo único que nosotros intentamos al realizar este registro, es tratar de acercarnos, escuchar, conocer y comprender, en una mínima forma, a aquellos sujetos que, para este caso, hemos denominado cantores populares de Valparaíso.

Nos ha parecido necesario documentar, de alguna manera, a estos seres marginales pues, al igual que como tan bien lo analiza Fidel Sepúlveda Llanos, creemos que: "Los pueblos nutren su vida espiritual de estos seres. Se nutren, aunque no lo sepan, de estos seres que son los suyos, por los que respira y crece su identidad, en su más alta expresión. (...) En verdad, es el subsuelo de donde extrae la vitalidad su pueblo. De este estrato succiona su ilusión, su esperanza, su alegría de vivir. Desde este estrato, invisible y profundo, la comunidad rescata, sin saberlo, las imágenes y símbolos con los que dice su proyecto de vivir en su dimensión más trascendente".

Para llevar a cabo nuestro proyecto hemos recurrido, por un asunto terminológico, a lo que se conoce como "documental de autor", aunque preferiríamos hablar de documental a secas o, mejor aún, de realización audiovisual.

El documentalista Pedro Chaskel nos clarifica un poco más este asunto cuando dice: "No estoy de acuerdo con esta diferenciación seudoromántica entre el documental de autor y el de encargo. Ambos pueden ser igualmente personales. La línea divisoria entre reportaje y documental es muy tenue: el reportaje es básicamente informativo, inmediato, mientras el documental entra un poco más en profundidad".

En virtud de esta mayor profundidad y permanencia en el tiempo es que hemos optado por el documental en vez del reportaje periodístico, pues estas características son más apropiadas para conseguir nuestro objetivo de registro audiovisual.

Como ya lo hemos expresado a lo largo de esta tesis, nuestra idea primigenia puede ser analizada o retratada de múltiples formas, las cuales no se contradicen entre sí, mientras la finalidad sea la misma, esto es, rescatar una actividad humana que creemos forma parte de la diversidad sociocultural y patrimonial del puerto de Valparaíso.


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"Copiar, inventar, descubrir son procesos extremadamente complejos y no siempre cómodos de distinguir. El terreno sobre el cual se fundaba la mayor parte de nuestras convicciones se ha vuelto incierto a fuerza de paradojas, de contradicciones y de tautologías -el todo, corrompido por una buena dosis de mala fe-. Ese territorio revelaba al mismo tiempo, ser un filón de ideas sobrecogedoras que, bajo el pretexto de datar de algún tiempo, escaparon a nuestra atención. Es posible que nos halláramos demasiado afanados averiguando a cada momento en qué punto de la cronología oficial del mundo estábamos situados, pasando el tiempo en clasificar nuestras obras como buenas o malas; buenas, porque nuevas, o malas, porque antiguas - en una singular perversión del argumento teológico de la existencia de Dios de San Anselmo, fabricante de mundos perfectos. Perfectos por no haber sido nunca antes vistos".

Esperamos que nuestra convicción tenga un resultado favorable.

Notas

1. Utilizamos el término "Fellinesco" para referirnos, obviamente, al director italiano Federico Fellini (1920-1993 ), autor de obras tan notables como "Ocho y medio", "La dolce vita", "Julieta y los espíritus, etcétera.
2. "Amarcord" es una película de Fellini en la cual éste narra los recuerdos de su ciudad natal.

3. Al referirnos a "etnoantropología clásica" nos referimos a los métodos de registro etnográfico audiovisual de dicha ciencia, mediante los cuales se procede a registrar o filmar íntegramente una actividad sociocultural determinada, para luego determinar rasgos, pertinencias o procesos.
4. Año 1999, fecha postulación Valparaíso a la UNESCO.
5. Información verbal. Entrevista realizada a Carlos Velasco, en el bar "Liberty", diciembre 2000.
6. El término "la noche porteña" es, en este caso, sinónimo de bohemia.
7. Información verbal. Entrevista realizada a Carlos Velasco, en el bar "Liberty", diciembre 2000.
8. Ibid.
9. Parra, Roberto, "Poesía popular, cuecas choras y la negra Ester", Fondo de Cultura Económica, Santiago, 1996, p. 9.
10. "Bares de viejos". Término utilizado para designar bares antiguos, en donde precisamente se presentaban los cantores.
11. "Pubs". Palabra inglesa que significa bar, taberna.
12. Información verbal. Entrevista realizada a Carlos Velasco, en el bar "Liberty", diciembre 2000.
13. García Canclini, Néstor, "Culturas híbridas", Editorial Grijalbo, México, 1989, p. 188.
14. Parra, Roberto, "Poesía popular, cuecas choras y la negra Ester", Fondo de Cultura Económica, Santiago, 1996, p. 10.
15. Chaskel, Pedro, cita sacada del artículo "El documental en Chile: aquí se construye", obtenido de la página electrónica de la Asociación de Documentalistas de Chile, cuya dirección es: www.adoc.cl
16. Ruiz, Raúl, "Poética del cine", Editorial Sudamericana, Santiago, 2000, p. 66.


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