La antropología es precursora del cine en lo referido a reflexión teórica, pero es a fines del Siglo 19 que desenvuelve una metodología de trabajo de campo, en el mismo momento en que misiones y aventureros recorren el mundo en busca de otras sociedades. Nuevas técnicas de exploración proveen a las ambiciones colonialistas de medios más eficaces para la realización de sus objetivos. El cine completa la "vanguardia tecnológica" de colección de información, perfeccionando la observación en el campo. Un objetivo común de descubrimiento, identificación y apropiación de historias, y una aproximación del cine al objeto mismo de la antropología, al registrar las prácticas del hombre en las relaciones establecidas con sus pares en el espacio ambiental, los aproximaba.

Lo visual ganaba primacía como una manera de organizar la sociedad por tipologías. La manipulación de categorías humanas reforzaba la diferencia de los colonizadores al mismo tiempo que su poder. Las fotografías reemplazaban el lugar de los cuerpos de una humanidad ausente. Expuestas en los museos, representaban visualmente, para el público en general, la constatación de la existencia de un estadio intermedio entre la civilización y la vida animal. Las imágenes se convertían en el sustituto de un conocimiento más esotérico.


Danzas y rituales folklóricos de Kenia

 


 
Teoría crítica en antropología visual.

En el contexto de los contenidos simbólicamente producidos y el modo por el cual se constituyen intervenciones hacia una población específica, los medios de comunicación masivos juegan un rol determinante. Se requiere, entonces, trabajar en el análisis y desnaturalización de esos contenidos en las prácticas y autodefiniciones de los individuos que, viviendo en condiciones distintas reelaboran esas representaciones y redefinen nuevas prácticas.

En este marco se traduce la integración de la imagen en la metodología científica. Lo discursivo construye lo visible, al cual aporta una nueva identidad de tipo epistemológico: la imagen contiene y despliega plenamente una cuota de saber, al mismo tiempo que la visibilidad asumida por la imagen, incorpora, materializa iconológicamente el concepto, al cual aporta la dimensión de una información estética sensible.



Autor: Susana Sel.
Licenciada en Ciencias Antropológicas Universidad de Buenos Aires, Facultad de Cs Sociales, Facultad De Filosofía y Letras.


e-mail: ssel@filo.uba.ar

Revista Chilena de Antropología Visual - número 2 - Santiago, julio 2002 -
1/8 pp. - ISSN 0718-876x. Rev. chil.
antropol. vis.



   
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Tecnologías "primarias", tribu Tasaday de Filipinas

La distancia espacial y temporal del objeto de estudio constituía el eje de la construcción positiva de la alteridad. Las "sociedades primitivas", geográficamente alejadas de los centros de producción científica, y aunque contemporáneas, también alejadas temporalmente (sociedades que "vivían en el pasado"), determinaron las características de la representación de la otredad en el discurso antropológico. La dialéctica polifacética del discurso antropológico, entonces, considerada como una cadena de interpretaciones, un proceso ideológico de intermediación cultural, en el cual se producen y circulan significados. Esta consideración de la ideología, como producción de significados, experiencia y parte constitutiva de la práctica del discurso, enfatiza la función del agente y la construcción activa de significados. Ideología, entonces, como campo entre diferentes clases sociales y grupos, y fijada a la vida social, con efectos reales, como la articulación entre "diferencia" y "unidad". .

Las fotografías fueron parte importante de las monografías hasta 1930, pero se vuelven progresivamente más escasas en los trabajos posteriores, si bien no anula la aparición temprana de la antropología visual y su vigencia. Luego continuaron desarrollos más centrados en la metodología (filmación etnográfica y fotografía etnográfica), en parte porque esos intereses fueron tempranamente excluidos de los estudios de arte primitivo, tecnología y folklore, y también por el cambio de actitud frente a lo visual, a fines del siglo XIX, en el que la asumida coherencia y superioridad de la visión del mundo de la civilización europea fue ensombrecida por la Primera Guerra Mundial. Mientras esta modificación cambió el rol de lo visual en antropología, no lo disminuyó inmediatamente. La visión de la humanidad fue gradualmente reemplazada por la noción de que la vida de cualquier persona podía ser expresión de sí misma a través de las imágenes, como en las primeras películas de Lumiere y en la "Cambridge Antropological Expedition" a las "Torres Strait" de 1899. Estos filmes enfatizan el simple "mostrar" sobre el "contar".

El archivo visual "salvava" el evento en algún sentido reificado, una visión enunciada por Margaret Mead cuando escribió que el comportamiento era capturado y preservado" por el filme "por siglos". Importaba salvar los datos y armar un gran archivo de estas culturas en desaparición.

"La Antropología como conglomerado de disciplinas... ha aceptado implícita y explícitamente la responsabilidad de llevar a cabo y preservar registros de las costumbres y los seres humanos en vías de desaparición de esta tierra, fueran estas poblaciones endogámicas, poblaciones preliterarias aisladas en una selva tropical o en la parte más recóndita de un cantón suizo o en las montañas de un reino asiático. El reconocimiento de que estas formas de comportamiento humano todavía existentes, inevitablemente desaparecerán ha sido parte de nuestra entera herencia científica y humanística" M.Mead.

Esta situación requiere una reformulación de las categorías de conocimiento. La desaparición de la distancia entre antropólogo y sujetos de estudio conlleva cuestionamientos respecto del grado de cientificidad de la disciplina. En este marco, lo visual aparece frecuentemente no comunicativo y aún de cierta forma insaciable. Nunca dice nada, pero siempre hay algo más que pueda decirse acerca de él. Aún así, las actividades en antropología visual se incrementan permanentemente estudiando, por un lado, las formas culturales visibles, y por el otro usando medios visuales para describir y analizar la cultura. En palabras de Sol Worth esta es la diferencia entre usar un medio y estudiar como se usa ese medio. Ambas se superpondrán por momentos: el estudio de los sistemas visibles demanda comunicación visual, pero la primera forma es esencialmente una extensión de las incumbencias de la antropología tradicional en nuevas áreas de interés. La segunda propone un corte mucho más radical con los modos de discurso antropológico.


Cabeza tatuada NuevaZelandia, Museo del Hombre


Photo Wallahs. David y Judith MacDougall ( 1991)

Como una antropología de las conformaciones culturales visibles, la antropología visual está ampliando su campo de acción por dos vías. Se expande para incorporar la producción mediática indígena (indigenous media production) como una vía paralela de producción cultural; y entre los antropólogos académicos se comienza a prestar atención a un espectro de manifestaciones culturales que solo habían recibido una atención retaceada, abreviando cualquiera de los sistemas humanos de expresión de la sociedad humana que comuniquen significados parcialmente o primordialmente por medios visuales.

De este modo, y de acuerdo con G.Balandier que define la antropología como una pedagogía política, es posible superar discusiones sobre el acento sólo en los films científicos e incorporar también films no científicos en los que es posible recuperar aspectos de procesos sociales, y que aparecían como con poco valor para la antropología. D.Mc.Dougall expresa que no es posible juzgar los films según un nivel estético ó científico, sino si pueden ser "base para una investigación". En tal sentido, es interesante incorporar el análisis también de los medios masivos de comunicación dado el carácter predominante que los mismos tienen en nuestra sociedad.

Teoría crítica y perspectivas de lo visual

El trabajo antropológico implica una ruptura con las definiciones de los fenómenos socialmente admitidas. Comprender la forma como un problema social es constituido y el conjunto de las representaciones dominantes en la organización de las prácticas legítimas asociadas a las definiciones permite determinar cómo se definen comportamientos en términos de normativas y los recortes producidos en la sociedad a partir de ellos.

Resulta interesante, entonces, establecer que el objetivo de un estudio antropológico comenzaría por el interés sobre quiénes son los agentes envueltos en la lucha por las definiciones.

En el contexto de los contenidos simbólicamente producidos y el modo por el cual se constituyen intervenciones hacia una población específica, los medios de comunicación masivos juegan un rol determinante. Se requiere, entonces, trabajar en el análisis y desnaturalización de esos contenidos en las prácticas y autodefiniciones de los individuos que, viviendo en condiciones distintas reelaboran esas representaciones y redefinen nuevas prácticas.



Es imprescindible recuperar para la ciencia social, en particular la antropología, la capacidad de aportar críticamente al análisis de la realidad sociocultural, en un universo de significaciones. La formulación de categorías sociales es histórica y social, y sus ejes orientan las prácticas políticas que operan recortes en la sociedad, redefinen relaciones y distribuyen poder.

Por ello la necesidad de una teoría crítica que desnude la pretendida "novedad" de recientes aportes de las Ciencias Sociales, denunciando el carácter ideológico, profundamente conservador de algunas escuelas que no sólo evaden el verdadero análisis social sino también la deshonestidad intelectual en no reconocer herencias epistemológicas, que hacen posible la superación/renovación del conocimiento.

En el mismo sentido, la crítica a una supuesta "ciencia social" que sacrifica el análisis de los procesos a las estructuras, a través de la cual se dificulta la construcción sólida de una teoría social. Pensar la sociedad implica una continua referencia a las dimensiones temporales.

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De ahí que un contexto teórico-metodológico coherente permite a las técnicas de investigación encuadradas en él, adquirir nivel científico. Ese marco se correspondería con el pensamiento dialéctico, que contempla las contraposiciones existentes entre lo concreto y lo abstracto, entre el sujeto y el objeto y también entre la "imagen" y la "realidad" a través del principio del ir y venir constante de lo concreto a lo abstracto y viceversa. Además porque la dialéctica, como paradigma, asume el carácter conflictivo del objeto social estudiado y supone que la verificación de las hipótesis se realiza en última instancia a través de la práctica social que incluye la práctica artística. Por lo tanto la dialéctica, al mismo tiempo que afirma la práctica científica, recibe aportes provenientes de la vida política, el arte y la ideología.

Como un complejo de lo real y lo irreal, la fantasía se integra en el film. En el realismo e irrealismo del film hay una totalidad dialéctica en las formas múltiples. Lo verídico, lo verosímil, lo increíble, posible, etc. Los objetos en su forma, la música informe, se mezclan según infinitas posibilidades de dosificación. Todo sistema de ficción, es en sí mismo, un producto histórico y social determinado. El cine es la unidad dialéctica de lo real y lo irreal. La imagen es una abstracción, formas visuales, suficiente para que se reconozca la cosa fotografiada. Son signos. Pero más que signos son símbolos. La imagen representa, restituye una presencia. Es simbólica toda cosa que sugiere, contiene o revela otra cosa ó más que ella misma. El símbolo es, a la vez, signo abstracto y presencia concreta.


En este marco se traduce la integración de la imagen en la metodología científica. Lo discursivo construye lo visible, al cual aporta una nueva identidad de tipo epistemológico: la imagen contiene y despliega plenamente una cuota de saber, al mismo tiempo que la visibilidad asumida por la imagen, incorpora, materializa iconológicamente el concepto, al cual aporta la dimensión de una información estética sensible.

Edgar Morín expresa que "el plano del cine contiene una carga simbólica de alta tensión que decuplica tanto el poder afectivo como el poder "dignificativo" de la imagen.


Tire dié. Film de Fernamdo Birri ( 1959)

Bibliografía

Balandier, Georges. Anthropologie Politique. Quadrige, Presses Univ. France, 3º ed., 1990.

Fernández, Arturo. El cine y la investigación en Cs.Ss, en Cine, Antropología y Colonialismo, Ed.del Sol, Clacso, 1985.

Martínez, Wilton. Critical Studies and Visual Anthropologie, CVA Review, Montréal, 1990.

Mc.Dougall, David. The visual in anthropology. Rethinking Visual Anthropology, Yale Univ.Press, 1997.

Mead, Margaret. Visual Anthropology in a Discipline of Words, Principles of Visual Anthropology, Le Hague, Mouton, EU, 2º ed., 1995.

Morín, Edgar. O espíritu do tempo. Ed.Universitaria, UFRGS, Brasil, 1994.

Sel, Susana. Political Scene and the role of visual anthropology. Icaes, EEUU, 1998.

 

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