Guillermo: anoche vimos un video aquí con el hombre donde salimos chineando, y
se sentía bien. Y muy bueno ver el video, abuelo, muy bueno, uno más o menos
puede corregir los errores que comete.
Abuelo Piro: quiubo
Pillo: si pue, ve que esa cuestión no miente ahí. Guillermo:
si, igual que si una flauta va sonando mal, lo acusa al tiro.
(fragmento de una conversación entre chinos de Pucalán)
En este escrito quiero
dar a conocer algunas reflexiones surgidas en el proceso de realización de
un video sobre la tradición de los bailes chinos en el valle del Aconcagua,
zona central de Chile. Los bailes chinos son cofradías de músicos - danzantes
de los pueblos campesinos y pescadores de Chile central. Ellos expresan su
fe a través de la música y la danza en las fiestas de chinos, rituales que
se realizan en pequeños pueblos, villorrios y caletas, y que congregan a bailes
de distintos pueblos. Los primeros antecedentes de los bailes chinos los encontramos
en las flautas del llamado "Complejo Aconcagua", cultura que habitó la zona
central de Chile entre el 900 y el 1400 dc. Luego tomamos conocimiento de
esta ritualidad durante la conquista y la colonia a través de crónicas y viajeros,
y vemos su desarrollo actual como una tradición que aglutina social, cultural
y religiosamente a los descendientes de aquellos pueblos indígenas. La
ritualidad de los bailes chinos se inserta dentro del marco general de los
rituales populares americanos, donde se observan aportes indígenas (la música
instrumental, los instrumentos musicales, la danza, la relación del ritual
con la obtención de estados especiales de conciencia y la comunicación directa
con la divinidad) y aportes hispánicos (el canto del alférez, las Sagradas
Escrituras, la institución católica, sus imágenes sagradas y su calendario
ritual).
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Hace años que me digo
tengo que hacer una película con los chinos que refleje su gran profundidad,
su inmensa poesía. Esa idea me ha dado vueltas hasta convertirse en obsesión.
Hasta ahora he realizado dos videos sobre los chinos, "Con mi humilde devoción"
(1994) en el que en seis minutos intento reflejar la fuerza y hermosura del
ritual, de la danza y el sonido en una edición que, sin ninguna explicación,
deja en evidencia su fuerza arrolladora. Luego "De todo el universo entero",
realizado junto a Pablo Rosenblatt (1996) que se adentra en la tradición de
los chinos a través de las explicaciones de Quilama, uno de los alféreces
más connotados de la zona. Pero todos estos años he sentido que es necesario
hacer una película que reflexione más en profundidad sobre esta tradición,
su historia, su función social y religiosa, su estética, sus mecanismos de
conservación, su posible continuidad o desaparecimiento. Creo que este es
el momento exacto para hacerlo. Quiero que esta película, además de mostrar
la hermosura de la tradición hable de su problemas, que sea útil a los mismos
chinos. Que los viejos hablen de su preocupación por el escaso numero de chinos
jóvenes, que se hable sobre la manera poco respetuosa, por decir lo menos,
con que son tratados los chinos por algunos curas, que se hable del sentimiento
de horror e impotencia que les produce la llegada a las fiestas de chinos
de grupos de batucadas que creen que una fiesta de chinos es un carnaval,
o de la irrupción sonora que significa la presencia en las fiestas de bailes
danzantes, una tradición ajena a Chile central.
El audiovisual es un arma
poética muy eficaz. Ya vemos lo que ocurrió en Caspana con el proyecto "Implementación
y capacitación en el manejo de equipos audiovisuales a siete comunidades atacameñas",
que realizamos con Gerardo Silva y la Asociación de Tradiciones y Costumbres
Atacameñas.
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