Gozos de Santo: fiesta, ecumenismo y heteroglosia.
Rodrigo Moulian

Consejo Nacional de la Cultura y las Artes / Ediciones Kultrún
2011
Valdivia, Chile

por
Ricardo Mendoza Rademacher
Editor / Diseñador

“Gozos de Santo: Fiesta, Ecumenismo y Heteroglosia” es una obra que articula el ensayo antropológico y la etnografía visual. Estos se encuentran dispuestos en dos grandes segmentos o macroestructuras textuales que componen el libro, los que se encuentran aunados por su contenido. Su objeto de estudio son las festividades patronales y celebraciones devocionales católicas en el espacio ancestral mapuche williche. El autor propone una lectura interpretativa de éstas, que se desarrolla a partir del concepto de heteroglosia, acuñado por el estudioso de la literatura y semiótico ruso Mijail Bajtin. Esta noción refiere a la diversidad de estratos de sentido que habitualmente conviven en los espacios sociales, cuya multiplicidad refleja pluralidad de identidades –de género, clase, etáreas, religiosas, políticas, étnicas– de los interactuantes.  En esta perspectiva,  las variaciones del sentido registran la complejidad del tejido social.  Esta idea se emplea aquí como clave de lectura para compresión de las festividades católicas en los espacios de frontera y en el marco de las relaciones interétnicas.
 
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Desde su título, que juega con las posibilidades significantes, el trabajo destaca el carácter polifacético de las fiestas en este contexto. Su registro asume un carácter caleidoscópico: como medio de evangelización y expresión de la fe, como lugar de diversión secular y manifestación de la cultura popular mestiza, como espacio de proyección de las formas de la sociabilidad y representaciones de la matriz cultural indígena, donde se reafirma la etnicidad. Uno de los aportes de esta obra es, precisamente, esta perspectiva interpretativa que contribuye a ampliar la comprensión de la fiesta, predominantemente marcada por la noción de sincretismo.  En las páginas de este trabajo se muestra de modo nítido la diversidad de lecturas, diversos usos sociales y apropiaciones que admiten las celebraciones devocionales católicas. De acuerdo al autor, la heteroglosia es “el arco de triunfo por el que desfila la fiesta”, garantizando su continuidad como institución cultural. 

La etnografía visual  que sucede al ensayo, signada como “itinerario de fastos”, es el medio de ilustración que permite la confirmación de su tesis. Para el desarrollo de una lectura heteroglósica se emplea aquí una escritura polifónica.  El autor combina el lenguaje fotográfico y la narrativa para presentarnos y contextualizar las fiestas, acudiendo a múltiples voces: de testigos, protagonistas, historiadores, periodistas, prelados, artistas e investigadores, configurando un texto multivocal. 

 
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Las fotografías son un elemento más de argumentación dentro de este sistema discursivo de doble registro. Ellas, añaden información perceptiva sobre las características de los tipos sociales y contextos rituales, que amplían nuestra comprensión del sistema de diferencias de sentido que se conjuga en la fiesta. En éstas transitan las imágenes a modo de procesión desde los actos litúrgicos a los trajines de feria, desde los disfrutes de comidas a los estragos de las bebidas, desde las alegrías del baile a la pulsión de los juegos de azar, desde las solemnidades de tradición a la espontaneidad de la diversión, desde la ostensión de los signos de la identidad mapuche a las marcas de la cultura de masas. 

El itinerario por el que nos conduce el libro contempla diez estaciones festivas y comprende tanto el área de misiones actualmente vigentes en las comunidades williches de costa de Osorno como el de las antiguas misiones de Chiloé. Lo interesante de la observación de estas dos áreas como unidad, es que permite constatar la continuidad de las formas que asumen las relaciones interétnicas.

 
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La muestra incluye la Candelaria (de Carelmapu y Rahue), San Sebastián de Quilacahuín, la Cruz de Mayo en Ignao, la fiesta de los indios caciques a San Miguel Arcángel de Calbuco, San Antonio (fiesta de altar familiar) en Crucero, San Juan en Achao, los cuatro cabildos de Compu, el Nazareno de Caguach, la cruz de San Francisco de Quilacahuín y el Perpetuo Socorro de San Juan de la Costa. El registro fotográfico y la información de contextualización histórica y etnográfica que se ofrece para cada una de ellas, ponen de manifiesto a cada paso la riqueza de contrastes y diferencias que dan vida a la fiesta.

En síntesis, los rasgos que ameritan la edición de este libro son su perspectiva interpretativa, que contribuye a ampliar la comprensión de las fiestas; el registro etnográfico visual de un conjunto de significativas celebraciones que, hasta donde sabemos, no ha sido abordado previamente de conjunto; y el desarrollo de una estrategia discursiva de doble registro y escritura polifónica que enriquecen su perspectiva, en un tema de claro valor patrimonial.

 
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