Tomando
en cuenta que la C.c.C. es un caso ilustrativo de la construcción
de un símbolo, suponemos que éste nos sirve
mucho más como instrumento para desentrañar
las necesidades e intereses de sus propios productores
y destinatarios, que lo que supuestamente quieren representar
(Warneken 1997: 550). Esto no significa que no nos sirva
la mirada hacia el pasado.
Para entender mejor la razón del cómo este
evento se nos presenta, habría sin duda que recurrir
parcialmente al análisis de aspectos y elementos
históricos de la C.c.C. Sin embargo, para poder
cumplir con este acometido es necesario mantener una cierta
distancia frente a esta "tradición",
porque de lo contrario ya no seríamos capaces de
percibir nuevos significados que se superponen a ella.
Un ejemplo: para comprender mejor los elementos de competencia
que existen en la actual C.c.C., ya sea entre los dueños
del cargo,
entre las bandas de músicos, entre las comisiones
de captura del cóndor, entre los dueños
de toros, etc..., habría que analizar la historia
del significado de los cargos y de su recepción
en general. Por otra parte, aunque hoy en día se
realiza la mayoría de las C.c.C. que escasamente
quedan a través de dueños del cargo,
no debemos omitir o, peor, subestimar e ignorar que estas
corridas son filmadas y documentadas por representantes
de canales de televisión, fotógrafos, antropólogos
y periodistas extranjeros o peruanos. En los dos casos
se amplía nuestra área de investigación
significativamente, es decir, tanto por representantes
como también por receptores, en este caso los televidentes,
antropólogos, visitantes de festivales de cine,
estudiantes en el Perú y en el extranjero. |
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Dejar de tomar en cuenta la vista hacia ellos, es decir
al puente a través del cual nos llega la información
sobre los "otros",
significaría dejar de lado una parte importante
de la historia del evento que observamos.
En los comienzos de mi investigación, un antropólogo
cusqueño me ha presagiado pocos resultados en mi
intención, dado el hecho de que, según él,
"quedan muy pocas personas en Cotabambas que
son la única fuente de informaciones veraces sobre
la C.c.C.". Según este discurso, la coherencia
de "antes" entre el significado "verdadero"
u "original" por un lado, y el significado atribuido
por la gente por el otro, hoy ya no existe. Sin embargo,
desde mi punto de vista, el término "antes"
nunca existe, cuando se trata de una "tradición",
ya que ella se encuentra en un permanente proceso de re-definición.
En cada momento histórico son las personas las
que le dan un significado como también un sentido
a un evento cultural, basándose generalmente en
los contextos en los que se lleva a cabo éste y
otros acontecimientos. A cada tiempo corresponden determinados
guardianes de la tradición (Montoya, 1986:
53), es decir, personas e instituciones que tienen una
mayor influencia en la definición del significado
de un evento cultural. Si entendemos "tradición"
de esta manera (incluyendo la posibilidad de que ella
pueda ser "inventada" (Hobsbawm, 1983)), se
nos amplía no solamente el campo de investigación,
sino también, se nos facilita el acceso al actual
significado que le es dado por la sociedad y sus organizaciones.
De una investigación orientada bajo estos parámetros,
evidentemente no podemos excluir ni los equipos de filmación
presentes en la C.c.C. en Cotabambas, ni los antropólogos
que recogen datos para después interpretar al evento
cultural observado. |
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