El presente artículo se deriva de mi asistencia a ciertos lugares sagrados del pueblo huichol o wixárika1 y la participación dentro de un ciclo ritual en la comunidad de Tateikie San Andrés Cohamiata, Jalisco, México. Si bien el caso de la defensa del territorio huichol se ha vuelto muy sonada en los últimos años, creo que se ha dicho poco de la participación de dicho pueblo dentro de ella. Es decir, como una defensa interna desde las comunidades y donde es expresada a partir de la organización social y las prácticas religiosas, lideradas por la figura del mara’akame o chamán y encontrando en él la profundidad de la religión de ésta cultura. Los conceptos de poder, resistencia y espacio sagrado van entrelazados. Así es como busco explicar la defensa del territorio huichol a partir de los rituales y la organización social.
Palabras Clave: Territorio, espacio sagrado, resistencia cultural, poder.
Autor:
Héctor Adrián Sánchez Garibay
Licenciado en Antropología Social. Departamento de Antropología, Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Iztapalapa. México Distrito Federal.
e-mail: hectorsg991@gmail.com
Recibido: 30 de marzo 2015 Aceptado: 18 de junio 2015
Power, resistance and territory: The huichol’s conception of sacred space and the cultural resistance.
This article is derived from my assistance to some sacred places of the Huichol or wixárika people and the participation within an annual ritual cycle in the community of Tateikie, San Andrés Cohamiata, Jalisco, Mexico. Although the case of Huichol’s territory defense has been well known on recent years, I think it has said little about the participation of the indigenous people in it. I mean, as an internal defense inside the communities and where it is expressed from the social organization and the religious practices, led by the figure of the mara’akame or shaman and finding on him the depth of the religion from this indigenous culture. The concepts power, resistance and sacred spaces are entwined. That’s how I try to explain the defense of Huichol’s territory starting from the rituals and the social organization.
Keywords: Territory, sacred space, cultural resistance, power.
Author:
Héctor Adrián Sánchez Garibay
Licenciado en Antropología Social. Departamento de Antropología, Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Iztapalapa. México Distrito Federal.
e-mail: hectorsg991@gmail.com
Received: March 30th, 2015 Accepted: June 18th, 2015
Estructura social y poder.
Para entender la estructura social y las diferencias de poder en las comunidades huicholas es necesario remitirnos al “sistema de cargos”, institución operada en los pueblos indígenas de herencia mesoamericana. Creo que la mejor definición que podemos usar es la siguiente usada por Leif Korsbaek:
“Un número de oficios, claramente demarcados como tales, que se turnan entre los miembros de la comunidad, quienes asumen un oficio por cierto periodo de tiempo. Los oficios están ordenados jerárquicamente y el sistema de cargos comprende a todos o casi todos. Los cargueros no reciben pago alguno durante su periodo de servicio, al contrario, con frecuencia el cargo implica un costo considerable en tiempo de trabajo perdido y en gastos de dinero efectivo, pero como compensación el cargo confiere al responsable un gran prestigio en la comunidad. El sistema de cargos normalmente comprende dos jerarquías separadas, una religiosa y la otra política, pero las dos se encuentran íntimamente relacionadas” (Korsbaek; 1996: 82).
El caso de los huicholes de Tateikie San Andrés Cohamiata no es la excepción, siendo una población donde el sistema de cargos tradicional juega un papel muy importante en la vida comunitaria, el cual se articula con los distintos niveles de poder en la comunidad, los ciclos festivos y la influencia del espacio sagrado en la vida ritual y política del pueblo.
Decidí diferenciar los diversos niveles de la organización social, tanto dentro de la comunidad como fuera de ella. Esos niveles organizativos son los siguientes:
Nivel xiriki: Grupos familiares.
Nivel tukipa: Centros ceremoniales.
Nivel Comunal: Gobierno tradicional y agrario.
Nivel Intercomunal: Unión Wixárika de Centros Ceremoniales A. C.
El nivel básico de organización social es el familiar o xiriki. Cada familia se considera descendiente de un antepasado común, y es ese antepasado quien se cree, construyo el xiriki o templo de la familia. El templo familiar representa visualmente ese nivel organizativo, ubicado en el rancho del cual se es proveniente. El xiriki es una habitación de adobe y techo de paja donde son guardadas las reliquias de la familia. Inmediatamente afuera de su puerta se extiende el patio central de la casa antigua, éste es el espacio donde se congregan, en cada fiesta neixa2, los miembros de la familia extensa, presidida por el jefe de la misma (Fajardo, 2010: 25). El patriarca, o ukiratsi, por lo general es el individuo de mayor edad, y en su mayoría de casos tiene la cualidad de ser chamán o mara’akame.
El segundo nivel de organización social es el tukipa, el cual corresponde al sistema de cargos tradicional. Su nombre hace referencia a los centros ceremoniales ubicados en cada comunidad, los cuales son los lugares donde se llevan a cabo las fiestas neixa. Este nivel enlaza los diversos linajes de un área geográfica específica.
Imagen 1. Una familia celebrando la fiesta Tatei Neixa en el patio de su Xiriki Autor: Héctor Sánchez. 2012.
Entre las obligaciones de las personas pertenecientes a este sistema de cargos se encuentran las siguientes:
Esas personas son conocidas como jícareros o xukurikate y para identificarse se les asigna una xukuri o jícara y una flecha o ir+ que deben cuidar durante cinco años; los cargos son asignados a matrimonios, por lo cual no solo una persona se encarga de ello sino toda la familia. El sistema de cargos tukipa se compone de títulos que hacen referencia a sitios sagrados y/o antepasados míticos dentro de la cosmovisión wixárika. Este nivel de organización está encabezado por los kawiterutsiri o consejo de ancianos, siendo los individuos que asignan los cargos del nivel tukipa y del tercer nivel que más adelante mencionaré; la asignación de cargos son llevadas a cabo por medio de sueños y/o revelaciones oníricas. Para dominar el significado de éstas revelaciones, es necesario tener un buen conocimiento de la injerencia del peyote, la actividad ritual, y haber visitado en repetidas ocasiones los lugares sagrados de la misma cultura. Es kawiteru (singular de kawiterutsiri) quien ya ha tenido al menos un cargo civil, ha pasado por varios cargos tradicionales, y es mara’akame.
El modelo arquitectónico del tukipa representa la geografía sagrada del pueblo wixárika, un microcosmos de la misma. Las partes que lo conforman son las siguientes: El tuki, el patio o takwa y un xiriki5. Resalta en este modelo arquitectónico el tuki, con una arquitectura parecida al del xiriki familiar, pero con mayor tamaño. Es en el interior de éste edificio donde viven las deidades huicholas, entre ellas resalta en el centro tatewari, o el abuelo fuego. El tuki representa el lado oriente de la geografía sagrada, a Haramara o el océano Pacífico. En el exterior del tukipa se encuentra el patio, o takwa. El patio es asociado con el desierto de Wirikuta, donde los antepasados recolectaron el peyote en los principios de los tiempos. Finalmente enfrente del tuki se encuentra un xiriki, asociado con Tamatsi Paritsika, “Nuestro Hermano Mayor el Amanecer”, esta construcción remite a la luz del sol.
El siguiente nivel es el del gobierno tradicional. Corresponde a los cargos civiles, los cuales son asignados igualmente por los kawiterutsiri y cambian año con año. Se componen por un gobernador tradicional, un gobernador suplente, topiles o policías, un alguacil y un comisario. Son asignados de la misma manera que a los xukurikate. Estos cargos se encargan de resolver los conflictos civiles, económicos y políticos de la comunidad.
El último nivel es el intercomunal, y corresponde a la Unión Wixárika de Centros Ceremoniales A. C. la cual es una organización de autoridades tradicionales (kawiterutsiri y xukurikate) a nivel interestatal que busca defender sus territorios sagrados que por lo general están fuera del límite de la comunidad. Surge como un organismo administrado por las mismas comunidades wixaritari, donde a partir de las asambleas comunales se informa las actividades y acuerdos realizados por sus miembros.
Imagen 2. Celebración de la fiesta Hikuri Neixa en un tukipa de Tateikie Autor: Héctor Sánchez. 2012.
Imagen 3. Un gobernador tradicional en el momento que toma su cargo tradicional. A la par, también es mara’akame, mostrando que el poder político esta relacionado con el religioso. Autor: Héctor Sánchez. 2012.
Después de haber visto los diferentes niveles organizativos es necesario reflexionar que el poder en la cultura de los huicholes está muy cercano a la ritualidad y la vida religiosa. Es decir, a través del sistema de cargos los individuos son jerarquizados por los chamanes asignando roles específicos a quienes creen deben cumplirlos, formando de esta manera una estructura de diferencias de poder donde por sus conocimientos, los anteriormente mencionados están sobre ella y la modelan a partir de sus visiones recibidas y el conocimiento mitológico que ya tienen por experiencia propia.
Territorio Huichol.
Es el espacio sagrado, el lugar profano donde la hierofanía (manifestación de lo sacro) se hace presente y se repite (Eliade, 2000: 329). El lugar se vuelve una fuente de sacralidad y de fuerza para el ser humano. El espacio sagrado es donde el ser humano puede separarse de lo cotidiano cuando le es necesario, y entrar en contacto con el mundo sacro para remitirse a los tiempos míticos. Para los huicholes la hierofanía toma lugar en el territorio conformado por lugares cuya explicación de existencia está referida a pasajes míticos de la creación del mundo y de su propia cultura, lugares donde habitan ancestros y son venerados a través de acciones rituales como las peregrinaciones por ejemplo; la hierofanía también puede encontrarse en los espacios rituales diseñados con el modelo de la cosmovisión (como fue visto en el anterior apartado) y ejemplificándose en ellos los pasajes míticos referidos a la creación de su territorio.
El territorio huichol se compone de cinco puntos cardinales que comprenden espacios sagrados, obedeciendo a un sistema mitológico. Diseñado en principio, por el número 5; el cual representa los rumbos cardinales: norte, sur, este, oeste y centro.
Esa geografía conformada por 5 puntos cardinales importantes forma una figura de “quincunce” o, como se diría en lengua huichola, ts+kuri. Según Neurath (2002), la estructura de quincunce es la cuadratura de la dualidad: arriba y abajo, combinado con izquierda (utata, también norte) y derecha (tserieta, también sur). Utata y tserieta también refieren los puntos solsticiales. Esta concepción de espacio también se complementa con la noción que también propone Neurath de t+kari y tukari, o la oposición entre la noche y el día. El territorio y la cosmovisión wixárika se basa en esta oposición: arriba y abajo, “día y noche”.
Empezando con Haramara, lugar ubicado en San Blas, Nayarit en el océano Pacífico y punto cardinal occidental; hace referencia al origen de la vida: el mar. Es donde para los huicholes nacieron sus antepasados haciendo un recorrido hasta el punto cardinal oriental, Wirikuta, en busca del iyari6. En el centro de la geografía sagrada se ubica Tea’akata, o lugar de nacimiento del abuelo fuego Tatewari, es un centro sagrado ubicado en la Sierra Madre Occidental; también el lugar central refiere a las comunidades huicholas, ubicadas en esa misma sierra. Al llegar al punto cardinal oriental, el desierto de Wirikuta, es donde los antepasados cazaron por primera vez al venado o Tamatsi Kauyumarie, el venado al ser cazado se auto sacrificó para que los humanos encontraran el iyari a través de su sangre, y de sus huellas nació el peyote. También Wirikuta es el lugar del padre Sol o Tayau, es decir que es el lugar donde por primera vez iluminó al mundo. Se ubica en San Luis Potosí, en el llamado “altiplano potosino”. La importancia de dicho lugar en la sociedad wixárika es de gran peso, ya que además de reproducirse el pasaje mítico que dio origen a la vida al realizarse la peregrinación, es donde son iniciados los mara’akate7, y es donde crece el peyote o hikuri.
Imagen 4. Ts+kuri, representación artesanal de la geografía sagrada. Autor: Héctor Sánchez. 2012
Imagen 5. Peregrino a la llegada a Haramara. Autor: Héctor Sánchez. 2013l.
Imagen 6. Un grupo de jícareros (provenientes De Tateikie, San Andrés Cohamiata), dirigiéndose hacia uno de los múltiples lugares sagrados en Wirikuta. Autor: Héctor Sánchez. 2013.
Imagen 7: Xukurikate durante la peregrinación a Wirikuta. En su rostro puede verse la pintura uxa, extraída de una planta que crece únicamente ahí, y cuyo uso facial representa el estado de nierika en el que se encuentra el peregrino, es decir, el consumo de peyote que ya realizó y las visiones que ha tenido con él. Autor: Héctor Sánchez. 2013.
El consumo de esta sustancia psicotrópica, junto con la práctica del auto sacrificio, produce lo que es llamado por los huicholes como nierika, o “don de ver”. El nierika es esa visión que pueden llevar a cabo al ya saber manejar correctamente el consumo de peyote, es controlar los sueños, estando despierto o dormido; es saber qué significan y porqué se nos presentan. Anteriormente expliqué que los mara’akate son aquellos individuos quienes pueden moverse entre dos mundos (el humano y de los sueños) gracias a sus habilidades aprendidas en el sistema de cargos y en la reciprocidad entre deidades y ellos mismos. Pues bien, el nierika es la enseñanza más importante que reciben en su experiencia, es la sabiduría transmitida por medio de las visiones oníricas y los sueños.
Aquí también quiero agregar lo que es tukari y t+kari. Es la oposición mitológica entre día y noche; es decir, entre Haramara, el inframundo, y Wirikuta o el mundo buscado por los mara’akate (y también cualquier huichol a través del peregrinar, pero aquí quisiera resaltar a los primeros) a través de sus prácticas chamánicas. El tukari es ese máximo punto encontrado en el desierto de Wirikuta donde descansan aquellos que realizaron bien “el costumbre”, o sea, los que cumplieron con su cultura y fueron los individuos con mayor poder.
Los otros lugares sagrados comprenden Xapawiyeme al sur, en la isla de los alacranes del Lago de Chapala en Jalisco, es el lugar donde habita la diosa de la lluvia Tatei Xapa Wiyemeta; y Hauxamanaka al norte, en el Cerro Gordo del estado de Durango, el cual es el brazo izquierdo de Tatei Haramara, Tatei Hauxa.
Imagen 8: Xukurikate durante la peregrinación a Wirikuta. En su rostro puede verse la pintura uxa, extraída de una planta que crece únicamente ahí, y cuyo uso facial representa el estado de nierika en el que se encuentra el peregrino, es decir, el consumo de peyote que ya realizó y las visiones que ha tenido con él. Autor: Héctor Sánchez. 2013.
Imagen 9. Desierto de Wirikuta, donde los ancestros viven. Autor: Héctor Sánchez. 2013.
Resistencia
Respecto a lo que se refiere a la defensa del territorio sagrado huichol me gustaría hacer énfasis en los rituales y fiestas tradicionales llevadas a cabo por los pueblos, ya que creo, la identificación socio religiosa a través de las prácticas rituales ha sido una forma de resistencia. La resistencia es frente las adversidades y afectaciones que puedan recibir los puntos de la geografía sagrada, ya que como vimos, varios de ellos están fuera de la cercanía al área habitada por los huicholes. Dichos puntos a lo largo de la historia particular del pueblo indígena han presentado afectaciones, como el saqueo de recursos naturales por agentes foráneos a ellos, invasiones de empresas mineras, contaminación en áreas naturales protegidas, etc. Los huicholes han enfrentado todas estas adversidades de diferente manera y han utilizado mecanismos jurídicos que los protegen como sujetos de derechos específicos. Mi interés aquí no es sintetizar la defensa jurídica en todos estos espacios, sino en particular que entienden los huicholes por resistencia y como buscan aplicarla para defender su territorio.
El calendario ritual se basa, en principio, en la oposición día-noche, temporada de lluvias-temporada de secas. El desarrollo ritual va a la par del crecimiento del maíz a lo largo del año. La época de lluvias, es el momento de la noche, la obscuridad, del diluvio según la explicación mitológica, el cual fue traído por la diosa Takutsi Nakawe “Nuestra Abuela Crecimiento” deidad de la fertilidad. En esa época la actividad ritual es mínima, puesto que el crecimiento del maíz sucede y el sol aún no ilumina, mitológicamente hablando. La siguiente época, “la de secas”, toda la actividad ritual se lleva a cabo; puesto que es la época que ya resplandeció el Sol sobre el mundo, el maíz ya creció y se le debe rendir tributo en cada xiriki y tukipa por medio de las fiestas neixa.
Imagen 10: El día y la noche, opuestos en la mitología, espacio sagrado y tiempo ritual huichol. En la fotografía 10 puede verse el manantial sagrado de Tuimaye’u, en las cercanías a Wirikuta En la fotografía 11, la caída del Sol en la comunidad de Tateikie.
Autor: Héctor Sánchez. 2013.
Imagen 11: El día y la noche, opuestos en la mitología, espacio sagrado y tiempo ritual huichol. En la fotografía 10 puede verse el manantial sagrado de Tuimaye’u, en las cercanías a Wirikuta En la fotografía 11, la caída del Sol en la comunidad de Tateikie.
Autor: Héctor Sánchez. 2013.
Pero, ¿por qué incluir estas prácticas rituales en el estudio de la defensa de un territorio?, Debido a que como ya expliqué, el mismo territorio es representado en las fiestas y juega un papel muy importante en la vida ritual y política de la comunidad. Durante las fiestas tradicionales podemos ver el concepto de reciprocidad de los huicholes, el cual es clave. Su realización se lleva a cabo para intercambiar con las deidades un tributo (en forma de ofrenda) para mantener el equilibrio de la naturaleza, de la salud de la familia, del ganado, del maíz; en fin, el equilibrio de la vida. Es por eso que la resistencia en el caso huichol la entiendo como la protección de la propia cultura y de su espacio a través de la acción ritual. Resistencia que proviene desde la lógica del pueblo indígena, la cultura huichola ya la he explicado como una sociedad que está influida por su cosmovisión en diversos aspectos, incluido el político. Pues bien, aquí quisiera enunciar que la resistencia es la práctica ritual para salva guardar el territorio a través de la acción ritual, ya que la actividad socio religiosa tiene como punto final un bienestar cultural.
El chamanismo y el sistema de cargos es punto clave para entender ésta reciprocidad entre humanos-deidades. El auto sacrificio por medio de duros ejercicios (ayunos, vigilias, caminatas), logra aproximarse al siguiente nivel social, el más poderoso de su cultura: el de las deidades. Así, puede verse que los mara’akate están en cada nivel organizativo como los jerarcas, al ser aquellos que se mueven tanto en el ámbito mítico como en el cotidiano pueden controlar los dos niveles; el de los humanos y el de los kakauyarite8. Los últimos, entendidos como las deidades o antepasados de la sociedad indígena, quienes peregrinaron y conformaron la geografía sagrada y “el costumbre” como es conocido hoy en día. El chamanismo es el camino para integrarse a los kakauyarite y conformarse como guía de la cultura.
Imagen. Un mara’akame consagrando al peyote durante la celebración de una fiesta en el Tukipa. Autor: Héctor Sánchez. 2013.
Fotografía 12. Mara’akate “bendicen” a una niña en el Xiriki de la familia. Las ofrendas que pueden observarse son realizadas durante la fiesta Tatei Neixa, fiesta para despedir a las lluvias. Autor: Héctor Sánchez. 2012.
Conclusiones.
La preponderancia de los kawiterutsiri: A lo largo de este artículo he explicado la importancia que tiene ser mara’akame dentro de la comunidad, pero también es importante tomar en cuenta que no es la única característica importante para tener autoridad, más bien los ancianos siempre serán autoridad prestigiada (tanto a nivel xiriki como a nivel tukipa) debido a la experiencia que han tenido por el número de cargos que han recibido a lo largo de su vida. Son las personas con mayor prestigio en las comunidades y consecuentemente, en la defensa del territorio.
La importancia de los cargos tradicionales en los centros ceremoniales: Los cargos como jícareros también hacen que a la persona a quien se le otorga goce de cierto prestigio. Además como vimos en la organización de la Unión Wixárika, ser jícarero también implica cierto compromiso por defender el territorio sagrado, así que no solo es un cargo que se queda en la comunidad sino que es frente a toda la cultura.
Las fiestas tradicionales y la cosmovisión como resistencia cultural: Me parece interesante analizar las prácticas religiosas no solo como parte de un sistema de creencias y ritos sino más bien como un discurso de resistencia cultural, es decir, una resistencia por querer defender su territorio y por consecuencia defender su sistema de creencias; ya que la composición del sistema de cargos, la distribución de los centros ceremoniales en la sierra, el diseño de ellos y los rituales, todo esto se relaciona con la geografía sagrada.
Imagen 13. Niño participando en la fiesta Tatei Neixa. Cabe destacar que uno de los objetivo de la defensa territorial es el equilibrio de la cultura y el bienestar de sus integrantes. Autor: Héctor Sánchez. 2012.
Notas
1. Nota lingüística: Para la transcripción de los diferentes nombres y palabras en lengua wixárika, en este artículo se ha usado el sistema lectográfico fonético aplicado por el Centro de Investigaciones de Lenguas Indígenas de la Universidad de Guadalajara, compuesto por los siguientes símbolos: ‘, a, e, i, +, h, k, l, m, n, p, r, t, u, w, x, y.
La consonante ‘ es un cierre glotal y una continua entre dos vocales. El símbolo + es una vocal correspondiente a la “i herida” y es pronunciada con un sonido entre las vocales i y u. La h y la w se pronuncian como en lengua inglesa. La x es una vibrante múltiple retrofleja y se pronuncia como la rr en castellano. El resto de los signos son pronunciados igualmente que en castellano.
2. Las fiestas del tipo neixa son las relacionadas con el ciclo agrícola del maíz y su contenido es amplio en la realización de danzas. Son cuatro: Tatei Neixa o Danza de Nuestras Madres, Hikuri Neixa o Danza del peyote, Namawiita Neixa o Danza del espejo y Mawarixa o Fiesta del toro. Son llevadas a cabo tanto en el nivel xiriki familiar como en el nivel tukipa centro ceremonial.
3. Lugar sagrado con mayor importancia para el pueblo huichol. Más adelante lo describiré de manera detallada.
4. Peyote o Lophophora williamsii es un cactus psicotrópico cuyo crecimiento se ubica en Wirikuta. Cabe señalar que es usado en muchos momentos rituales y tiene una importancia simbólica clave en la preparación chamánica.
5. En este caso xiriki no significa lo mismo que en la organización familiar, sino que la palabra hace referencia a una edificación más del tukipa.
6. Esta palabra significa corazón, se interpreta como alma o esencia de la vida
7. Plural de mara’akame.
8. Plural de kakauyari
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