Un primer paso fundamental es profesionalizar el medio, está muy bien que cada vez más artistas, fotógrafos o cineastas se acerquen a la antropología, o que los antropólogos empiecen a tomar fotos o video en el trabajo de campo, pero creo que hace falta una formación integral, tanto en las cuestiones prácticas de producción, como en los problemas conceptuales, teóricos, o en el conocimiento de la historia de la disciplina. Hay muchísima demanda, muchísimo interés por parte de las nuevas generaciones, pero lamentablemente hay muy pocos espacios a nivel latinoamericano donde se pueda recibir esta formación, por eso es que varias generaciones de antropólogos latinoamericanos han optado por salir a otros países a formarse. Sin duda hay grandes cineastas, muy buenos etnógrafos, o excelentes fotógrafos, pero aún hay carencia de profesores con una formación integral en Antropología Visual, lo cual es fundamental para crear eventualmente posgrados en Antropología Visual, con la infraestructura y los recursos humanos que esto requiere, para satisfacer la gran demanda de las nuevas generaciones.
El siguiente reto, por lo menos acá en México, es conectarnos, trabajar en red, construir vínculos, fomentar los intercambios académicos, hacer más coproducciones y eventos donde se difundan los productos de estas investigaciones. Habría que hacer un frente común de todas las iniciativas que hay en torno a la Antropología Visual, tanto a nivel mexicano como a una escala latinoamericana.