Por Gastón Carreño

Carmen  Guarini es un referente importante de la Antropología Visual en Argentina, opinion que se sustenta en su prolongada labor académica en la Universidad de Buenos Aires (UBA), iniciada a mediados de los 80’, y que aún continúa desarrollando, ya sea como docente o como coordinadora del Programa de Antropología Visual, del Instituto de Ciencias Antropológicas, de esa misma casa de estudios.

En 1992 se integra al Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (Conicet), conectando su labor académica con la investigación, que a su vez, se plasma de una u otra manera en su producción audiovisual. Dentro de su filmografía destaca; Buenos Aires, Crónicas Villeras (1986), La Noche Eterna (1991), Jaime de Nevares, Último Viaje (1995), Tinta Roja (1998), H.I.J.O.S., El Alma en Dos (2002), Meykinof (2005) y Gorri (2010).

En esta entrevista, Carmen nos relata su mirada sobre los variados cruces de la Antropología Visual.


 
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Carmen Guarini.

Vamos a empezar con las preguntas difíciles desde el principio. A partir de tu experiencia profesional ¿Qué entiendes por Antropología Visual?

Eso es un lugar común!! Sabía que me ibas a preguntar eso (risas).

Es una pregunta complicada, sin duda. Pero es interesante saber tu opinión, tu punto de vista sobre el tema, principalmente desde tu trayectoria profesional. Es decir, ¿cómo defines la Antropología Visual desde tu particular experiencia?

Mira, a mi me cuestan siempre las definiciones, porque uno está cansado de leer precisamente cómo el mundo académico intenta todo el tiempo establecer categorizaciones. Evidentemente, creo que una cosa es lo que históricamente podría considerarse como Antropología Visual, es decir la cuestión del análisis o el estudio de la cultura a través de las imágenes o por las imágenes. Yo no tengo una definición muy elaborada, porque tampoco creo que sea solamente en los procesos culturales que uno trabaja la imagen. Lo digo desde mi propia experiencia, ya que he trabajado mucho más los procesos políticos que las cuestiones culturales (tal como las entiende la antropología históricamente), y hoy con la incorporación de las nuevas tecnologías a la investigación y a la vida humana misma, este concepto que originalmente se inicia muy vinculado a la producción de cine etnográfico, se ha ido transformando en el tiempo. Entonces, para darte una definición más acabada, tendría que pensarlo mejor…

 
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Esta pregunta se la hemos hecho a bastantes personas, a lo largo de los diez años que ya lleva la revista, y es interesante volver sobre lo mismo, porque es un concepto que sin duda cada uno lo arma-define desde su experiencia. Por eso te digo, más que una definición así como de enciclopedia, me interesa saber cómo tú -en el día a día- defines la Antropología Visual.

A mi me parece que, si yo tengo que hablar desde mi propio trabajo teórico-práctico, la Antropología Visual es una línea de trabajo en la que utilizo la imagen para definir o delimitar un proceso de conocimiento. Un proceso de conocimiento que implica además, y por sobre todo, un contexto de vinculación relacional. En ese sentido, esta definición se encuentra muy vinculada a los conceptos de Jean Rouch, nunca he podido desprenderme demasiado de esa perspectiva.

Hay dos cosas que para mi definen el trabajo de la Antropología Visual. Uno sería el concepto de proceso y la otra es la relación con  el otro filmado.

A partir de esto último, me surge una pregunta que permite contextualizar esa “definición”; ¿Cómo fue tu formación en Antropología Visual?

Bueno, yo me fui de la Argentina a Francia en el año 1981 en plena dictadura, y empecé a estudiar en París V un posgrado en Antropología Social y Cultural, con Louis Vincent Thomas. 

Yo estaba trabajando en ese momento en Antropología Médica y mi proyecto de tesis lo había comenzado a definir dentro de ese campo de investigación.

Hice con él un D.E.A. (Diplóme d’Etudes Approfondies) en Antropología Social y Cultural, y ese mismo año encontré que existía una formación en Cine Antropológico, que se dictaba en París X (Nanterre) y París I (Sorbonne). La base donde todo pasaba era en el Comité del Film Etnográfico, en el Museo del Hombre de París que dirigia Jean Rouch y allí empecé a contactar a la gente y ese mismo año comencé a asistir a las clases de manera libre, pero al año siguiente me anoté en ese D.E.A. de Estudios Teatrales y Cinematograficos y luego continué con el doctorado bajo la dirección de Jean Rouch.

Y así es como yo me encuentro con Jean Rouch y con todo el grupo de Nanterre: Claudine De France, Xavier de France, Annie Comolli, Jeanne Gueronnet, Philipe Lourdoux. Aunque siempre quedé más vinculada por una afinidad -tanto teórica como práctica- a la obra de Rouch (quien dictaba su seminario en la Cinemateca Francesa) que a la obra de este grupo que desarrollaba una tarea de investigación básica y en la línea de investigaciones proxémicas.





 
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En relación a eso ¿cómo ves tú el desarrollo de la Antropología Visual –para llamarlo de alguna manera- en el primer mundo, las antropologías centrales? Me refiero a Manchester, a centros como los que estabas hablando hace un momento,  de París, Barcelona ¿Cuáles crees tú serían las características más importantes de estos centros?

Creo que casi todas esas formaciones que hoy son muchas (no solo Manchester sino que podemos mencionar Goldsmiths en Londres, Harvard, Tromso, Temple University, Barcelona, Nueva York, Leiden, Berlin…) han ido transformando sus planes de estudio en función de lo que te decía al inicio, la enorme y veloz transformación tecnologica y cultural en cuanto a la vinculación de nuestras actuales sociedades con los medios de comunicación. Entiendo que de una primera perspectiva inicial muy vinculada a la produccion de cine etnografico (en el sentido mas convencional del término) hoy han ido cambiando hacia cuestiones que vinculan la investigación social con el arte, con los media, con el hipertexto, la autoetnografía, los proyectos indigenas comunicacionales, etc. Y esto despliega un campo cada vez mas vasto para nuestras investigaciones.

¿Cómo tú ves la Antropología Visual en Latinoamérica? Es decir, además de Brasil, ¿qué otros centros tú conoces en la región? 

Es muy interesante el crecimiento que ha ido teniendo el campo en estos diez últimos años.

Surgieron formaciones de posgrado y algunos centros de investigacion que dan  cada vez más espacio a la reflexión y a la práctica audovisual en la investigaciones antropológicas. Maestrias en Perú, en Ecuador, en Chile dan cuenta del avance de la importancia que va teniendo estos espacios de perfeccionamiento y especialización. En casi todos estos lugares se van generando proyectos de investigación teóricos, que también expanden los límites tradicionales de nuestro campo. Asimismo aparecen grupos que apuntan exclusivamente al análisis del desarrollo de las nuevas tecnologías y el lenguaje del cine comienza a articularse permitiendo nuevas narrativas antropológicas audiovisuales. El panorama en Brasil es particular, porque la Antropología Visual alcanzó un nivel de desarrollo mucho mayor que en el resto de América Latina. Casi todos los estados cuentan con universidades que tienen centros o laboratorios de investigación en Antropología Visual y posgrados. Solo por nombrar algunos podemos mencionar el LISA - Laboratório de Imagem e Som em Antropologia del Depto. Antropología de la USP (Universidad de San Pablo), o el NAI - Núcleo de Antropología e Imagem del Depto. Ciências Sociais de la UERJ (Universidad del Estado de Rio de Janeiro) o el Banco de Imagens e Efeitos Visuais PPG Antropología Social – de la UFRGS (Universidad Federal de Rio Grande do Sul) y existen también algunas revistas dedicadas a la especialidad (Antropologia e Imagem editada por la UERJ). También hay  que mencionar que Uds. en Chile han ediado la primera revista virtual de Antropologia Visual, un enorme logro para el campo de las investigaciones en América Latina.  

 
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La deuda sigue siendo -me parece a mí-  un avance en la reflexión teórica. Creo que hay muchos estudios de caso, pero una escasa elaboración en cuanto a aportes epistemológicos y a los debates que nos permitirian avanzar tanto teorica como metodológicamente. También me parece que falta más dialogo entre nosotros y nuestras investigaciones. Esto tiene que ver un poco con la juventud de la disciplina en nuestras universidades y con los conflictos sociales que históricamente hemos vivido. En lo personal puedo decir que recién estos últimos años he comenzado a poder sintetizar la formulación de ciertas preguntas que me permiten intentar establecer alguna especificidad reflexiva sobre mis temas de investigación.  Mi trabajo  está vinculado sobre todo al tema de los procesos de representación de la memoria y el olvido. Me interrogo por los elementos que forman parte de la construcción de la memoria y de las relaciones que los grupos establecen en torno a estos mismos procesos.

¿Cómo ha sido el desarrollo de la Antropología Visual en Argentina, tanto en Buenos Aires como en provincias? 


Hace poco me pidieron un pequeño artículo, que se publicó en la Revista Imagofagia de la ASAECA (Asociación Argentina de Estudios de Cine y Audiovisual). Se trataba de establecer “un estado de la cuestión”. Es decir, tratar de dar cuenta de la bibliografía en Antropología Visual existente en Argentina. Me costó mucho hablar del tema. Realmente creo que es un páramo.  A nivel de libros pude rastrear y citar sólo una compilación publicada en los años 80’, una obra de Adolfo Colombres.

Luego existen si una gran cantidad de artículos diseminados en diferentes revistas y publicaciones tanto virtuales como en papel, expresando de este modo un crecimiento muy desarticulado de las investigaciones. Desde el Programa de Antropología Visual, que sostengo desde hace ya muchos años en la Universidad de Buenos Aires recién ahora nos estamos pudiendo plantear la publicación de una revista virtual que permita reunir articulos de nuestra especialidad. Se podría explicar esto comenzando por hablar de las dificultades presupuestarias, pero también porque ha sido dificil sostener grupos de investigación por las mismas razones. De hecho, han pasado por los equipos gente que rápidamente optó con gran acierto por el camino de la producción audiovisual antes que el de la investigación. Son todas opciones válidas. Esto, sumado a mi propia actividad en el campo del cine, no han permitido plantear proyectos a largo plazo. Estamos tratando de revertir este estado de cosas. Tampoco han prosperado demasiado otros equipos de investigación.

Te puedo mencionar que hay un grupo interesante de trabajo y de producción en la Universidad de Rosario encabezado por Elida Moreyra y otro más reciente en Misiones que dirige Ana Zanotti. En Córdoba creo que han comenzado a darse algunos cursos de Antropologia Visual en una maestría que se dicta en esa ciudad, de Antropología Social. En La Plata Juan José Cascardi está a cargo de la Seccion Antropología Visual de la Division Etnografía del Museo de La Plata perteneciente a la Universidad Nacional de La Plata -  UNLP.


 
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En Buenos Aires hay al menos dos equipos de trabajo constituidos; uno en la Universidad de Buenos Aires, el cual dirijo (PAV-ICA) y en el IDES el  GAMA organizado por Marian Moya. Son distintos focos que se van desarrollando que tal vez en algún momento puedan conformar una importante red.

Hasta ahora, hemos estado hablando de forma separada sobre los centros europeos y latinoamericanos de Antropología Visual. ¿Tú sabes si existe algún  tipo de relación, de trabajo en conjunto, entre Europa y Latinoamérica? ¿O más bien se da una situación asimétrica, en donde los centros latinoaméricanos tratan de replicar lo que se está haciendo en Europa? Dicho de otro modo, ¿tú ves algún tipo de producción con un “sello latinoamericano”?

A mí me parece que hay, a lo mejor tendríamos que ver un poco mejor lo que pasa en México y también lo que pasa en Perú. Si bien no conozco en profundiad lo que actualmente están produciendo esos centros, he leído algunos trabajos que marcan lineas vinculadas a los movimientos indígenas, a temáticas de identidad y a los movimientos sociales existentes en latinoamérica.  En Colombia, por ejemplo, hay estudios que incluyen el uso de la imagen en el contexto de los conflictos sociales armados que recorren la región.

Creo que estas temáticas son las que nos permiten definir campos propios de investigación en Antropología Visual en América Latina.

En Brasil es por supuesto muy conocido el trabajo de Vincent Carelli, con una excelente producción audiovisual dentro del proyecto Video Nas Aldeias. Todo este trabajo de introducción de la imagen en las comunidades indígenas, realmente no se parece en nada a lo que se haya hecho o hace en y desde Europa. Me parece que en ese sentido, en latinoamérica se viene realizando un trabajo que atraviesa los pueblos orginarios de todo nuestro continente y sus problemáticas, que es sumamente original y único.

En los llamados centros de producción “centrales” (Francia, Inglaterra, Estados Unidos o los paises nórdicos, por mencionar solo algunos) la Antropología Visual ha seguido un poco una línea histórica de trabajo acompañando la ruta de sus propias colonias o ex colonias y sus respectivos conflictos. Sin querer ufanarme de nada, creo que lo que más nos distingue es una producción antropológica con temáticas que abarcan nuestros propios conflictos políticos, sociales y culturales. Eso entiendo estaría marcando terrenos de investigación propios.

Sin embargo, creo que los marcos de análisis y de interpretación todavía siguen siendo bastante dependientes de los centros de reflexión de los paises centrales. Sin duda creo que todo esto irá revirtiéndose, en particular debido a la posibilidad de articular una mayor interacción e intercambio entre nosotros.



 
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Escena del rodaje de la pelicula "Gorri" (2010).

Ahora bien, en cuanto al mundo académico propiamente tal ¿Cómo crees tú que se conjuga la actividad académica tradicional -estoy pensando en la docencia, en la investigación-, con la realización audiovisual? A veces da la impresión de que la Antropología Visual está circunscrita a la realización y en menor medida a la docencia e investigación.

Bueno, eso siempre ha sido parte de mi preocupación en cuanto a los contenidos que yo dicto, y en ese sentido, siempre he señalado la importancia que tiene la imagen para la investigación, como un acceso a un modo diferente de producir y de transmitir conocimiento antropológico, por vías distintas de la narración escrita. Siempre pongo mucho énfasis en la idea de que no necesariamente se tiene que trabajar en términos de construir un film, sino que la imagen es un modo de acceder al conocimiento y a procesos y conflictos, diferente a los métodos tradicionales de la Antropología clásica, y esto nos permite trabajar en zonas que son muy difíciles de acceder de otro modo.

Siempre he defendido el uso de la imagen para la investigación antes que para la difusión o ilustración de contenidos. De hecho, en mis cursos siempre hablo de la construcción de lo que denomino el “objeto fílmico”. Concepto que adapto del marco teórico-metodológico convencional de nuestra disciplina, pero que nos permite entender como trabajar en una investigación fílmica o audiovisual.

 
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En el seminario de investigación que dicto desde hace tres años con Marina Gutiérrez en la UBA, nuestra preocupación es esa, proponer el uso de la imagen para la investigación y para avanzar en la reflexión tanto para los temas de la Antropología general como de la Antropología Visual y no necesariamente para producir películas etnográficas.

¿Cómo se desarrolla en Argentina la Antropología Visual en el marco de la formación general de Antropología? Es decir, ¿está inserta la Antropología Visual como un tipo de asignatura? ¿Hay equipos disponibles para los alumnos?


No, en la UBA no está aún inserta como asignatura obligatoria en el programa de grado. Lo que existe es -desde el año 1992- diversos seminarios que he ido proponiendo cada año en la carrera de Antropología y se ha dado un reconocimiento de hecho, pero siempre como una materia optativa. En cambio en la carrera de Antropología de la Universidad de Rosario lograron integrar la materia de Antropología Visual dentro del plan de estudios de grado, hace ya varios años. Actualmente se está trabajando en Buenos Aires en la reformulación del Plan de Estudios de la carrera y allí pareciera que tendría un lugar como materia optativa también. Pero ya formaría parte de la curricula oficial.


Escena de "HIJOS. EL ALMA EN DOS" (2002).

 
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Fotograma de "Jaime De Nevares, Ultimo viaje"(1995).

Por otro lado, en tu caso particular, llama la atención que has logrado abrir un espacio dentro de la producción documental, ya que eres un referente más allá de la Antropología, y de hecho, participas en varios festivales, ya sea concursando con tus películas, o bien como jurado ¿Es difícil el diálogo entre la realización audiovisual y la Antropología?

Si, he conseguido trabajar en estas dos zonas. Por un lado el cine documental y por otro  la Antropología Visual. Ha sido una suerte, pero también una demanda mayor de  energía y de trabajo, porque son campos con puntos en común pero al mismo tiempo muy diferenciados y muy grandes. Desde la perspectiva de la producción académica, siempre he tratado de vincular la Antropología Visual a la investigación antropológica más general, tratando de sacarla del lugar de  “herramienta” que se le asigna y que se la considere como realmente lo que es, un proceso epistemológico en sí mismo. Desde la perspectiva de la producción artística, mi trabajo ha estado vinculado a desarrollar, reflexionar y producir cine documental. Las dos cosas me han permitido seguir pensando entre muchos otros temas la relación filmador/filmado, un tema no menor en la práctica antropológica.

 
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Es interesante lo que señalas, porque yo he estado investigando el tema de la Antropología Visual latinoamericana, y llama la atención que tú eres la única persona que es un referente en términos de la producción documental, es decir, más allá de la Antropología.

He tratado de transmitir desde mi propia práctica cómo se pueden articular ambas zonas,  a mi me pasa que haciendo cine no puedo dejar de ser antropóloga. Todo lo que ha sido mi formación me invade permanentemente y me permite estructurar un tipo de relación con lo real, donde indudablemente siempre tengo un marco teórico de interpretación, no puedo no tenerlo, así le llame simplemente “hipótesis de trabajo”.  Tal vez esto es lo que define algunos resultados de mis películas, un acercamiento hacia el “otro filmado” que recupera o intenta, los códigos de ese otro, trazando una zona de interpretación abierta y permitiendo así que el espectador participe interrogando lo que la imagen le presenta.

Por cierto, es un tema muy difícil. De hecho, una pregunta que nos aparece mucho en Chile es; ¿dónde estaría la diferencia entre un documental realizado por un antropólogo visual y otro realizado por un cineasta? Desde tu experiencia, ¿cómo abordarías esa pregunta?

Hay diferencias, por cierto creo que el antropólogo trabaja en determinados contextos y con determinadas problemáticas, aunque a veces pueden coincidir aparentemente los “terrenos” de registro, las preguntas que se plantean sin duda difieren, o al menos el modo en que el investigador las formula.

Esto no necesariamente da un mejor resultado en términos de imagen. Aquí depende la experiencia en el manejo del lenguaje de la imagen, que tiene su especificidad por cierto y que es necesario conocer, no sólo desde la perspectiva técnica sino también teórica.

Sin embargo no es fácil responder esta pregunta, no he sistematizado una reflexión sobre mi propia práctica. Sólo puedo dar algunas pistas como por ejemplo decir que no podemos abordar lo real sin entender que se trata de un recorte y que ese recorte obviamente está dentro de un marco interpretativo. Por eso pienso que mis películas son antropológicas, aunque no estén realizadas sólo para el mundo académico. Precisamente uno de mis primeros objetivos cuando me oriento hacia la Antropología Visual y hacia el llamado cine antropológico es ¿cómo salir de los congresos? A mí no me interesa producir para que el conocimiento antropológico se reproduzca a sí mismo en un círculo cerrado; me interesa el uso de lo audiovisual para expandir lo que uno se atreve a pensar y a interpretar sobre el mundo y eso es lo que trato de realizar tanto a través de la antropología como del cine. Es posible que quien no se plantea estas interrogantes, no esté trabajando en una línea de interpretación antropológica. También hay que analizar que algunos antropólogos aún cuando tienen mejores herramientas las desperdician trabajando la imagen sin plantearse todos estos temas y reproduciendo formatos audiovisuales convencionales. Y por otro lado hay cineastas que se  plantean de manera instintiva algunas preguntas que dan por resultado imágenes que aportan mucho más a nuestro trabajo, que sesudas investigaciones. Es interesante estar abierto a todo eso. Yo intento trabajar en esas zonas de cruce que son difíciles pero bueno, en eso estamos.

 
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