La
primera parte se remite a la visión
del Chaco desde diferentes miradas y épocas:
los misioneros, los militares y los viajeros
durante el siglo XVIII. A estas percepciones
se agregan otros durante la segunda mitad
del XIX y principios del XX: los exploradores,
los funcionarios del estado, dando origen
a una “mirada oficial” construida
desde el poder central y la prensa, que
da la entrada a la opinión pública.
Complementan y conforman esta mirada sobre
el Chaco y sus habitantes, los artistas
y, por supuesto, los fotógrafos.
Respecto
a una de estas miradas, y a modo de ejemplo,
la autora plantea que las imágenes
fotográficas de los indígenas,
realizadas por los sacerdotes franciscanos
y publicadas en libros y/o postales, se
convierten en el medio visual de justificación
del proyecto misionero. Precisamente el
contexto en que se produjeron, el modo y
los diferentes soportes en que circularon,
hacen que estas imágenes se conviertan
en “fuentes de poder” y postulan
a los sacerdotes como legítimos portadores
de ese poder. El poder de la civilización
y la evangelización, representados
visualmente.
En
la segunda parte, la autora plantea las
principales temáticas sobre el indígena
chaqueño: la tierra, el trabajo la
educación y las costumbres, para
culminar con tres esquemas propuestos en
la percepción del indígena
chaqueño: el civilizatorio, el integracionista
y el reparacionista-reivindicatorio.
Uno
de los méritos, entre otros, de este
interesante trabajo, se refiere a la proposición
de una metodología de trabajo que
se puede aplicar perfectamente a otras zonas
de contacto intercultural, que combina la
agudeza en la selección de documentos
escritos y la sensibilidad en el análisis
de aquellos visuales.
Christian Baez Allende, octubre 2007.
Doctor
© en Historia Pontificia Universidad
Católica de Chile.