Entrevista
a Fernando Ansa
Gastón
Carreño.
Fernado
Ansa es un joven realizador audiovisual del pueblo
Lickanantay. En esta entrevista comenta sus inicios con
la cámara de video y el trabajo que realiza actualmente
con jóvenes aymaras en la ciudad de Arica. Por
otro lado, nos entrega una interesante opinión
frente a las particularidades del lenguaje audiovisual
de los realizadores indígenas y de las dificultades
que encuentran para capacitar a otros jóvenes indígenas
en Chile.
Esta entrevista se realizó en el marco de la Muestra
Oficial VII Festival Internacional de Cine y Video de
los Pueblos Indígenas. |
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¿En
qué organización trabajas, cómo podrías
describirla?
Mi organización es el Centro de Comunicación e
Investigación Indígena Chasqui Nairampi,
que traducido en lengua aymará quiere decir
Con Visión de Comunicadores, y trabajamos en
el área urbana de Arica, pero con conexión con
comunidades de la región.
¿Desde
cuándo se organizaron? ¿Y porqué se decidieron
a trabajar en video?
A ver, hay dos experiencias muy distintas. Parte con un proceso
de participación, a través de querer empezar a
recuperar estos trabajos e imágenes que estaban y que
todavía siguen estando en los grandes centros culturales,
en los museos. Donde a partir de muchos años, muchos
realizadores y cineastas han grabado nuestras culturas, y no
hemos tenido la devolución de esas imágenes, entonces
ahí partió esto, como un interés personal.
Primero que nada se empezó a tener el registro de los
trabajos que ya se habían hecho, por gente de cine y
por comunicadores. A partir del año 2000, parte la iniciativa
con CLACPI
de un Taller de Desarrollo y Comunicación Regional Indígena,
donde a nosotros nos han incorporado como parte de una asociación
de estudiantes de pueblos originarios de la Universidad de Tarapacá.
Hemos pasado a trabajar en el tema de la difusión en
los colegios y en los liceos, preferentemente, con el fin de
poder fortalecer la imagen a los jóvenes estudiantes
que venían de comunidades o que son descendientes de
pueblos indígenas y que no había un mayor aporte
por parte de la educación chilena en estos temas, preferentemente,
a través de la imagen.
Entonces, posteriormente, viene todo un trabajo de difusión
en comunidades con algunos compañeros. Pero el 2004,
que se hizo el Festival aquí en Santiago ,
hubo un taller en donde participaron hermanos indígenas
Aymaras y hermanos indígenas Lickanantay, de la Iª
y IIª Región. Gracias a ese Taller, pudimos comenzar
trabajar en conjunto y a formar este Centro de Comunicación
e Investigación Indígena.
¿Qué
género ustedes trabajan mayoritariamente? ¿ficción
o documental?
Bueno, como es relativamente nuevo este trabajo que hemos empezado,
estamos esperando terminar dos trabajos de aquí hasta
fin de año. Uno de los trabajos es el que está
haciendo la compañera Hortensia Hidalgo, es un trabajo
en donde se habla sobre las minas antipersonales que han instalado
durante el gobierno de la dictadura militar y que han afectado
justamente a la frontera y la relación que tenemos con
otros países vecinos principalmente. Como las minas han
sido puestas en las cercanías de las comunidades, ha
llevado a muchos dirigentes, campesinos, agricultores, a pastores
que viven en el sector, y que casualmente han salido a recoger
leña, y que en eso les han explotado las minas antipersonales
en sus brazos, en sus piernas; la audición y la visión
en otros casos. Es un trabajo bastante interesante que pretendemos
enviarlo a Amnistía Internacional, porque hasta la fecha
no ha habido una preocupación por parte del Estado, no
hay interés de ningún tipo, ni social ni económico,
donde la gente sigue viviendo en esas comunidades, sigue viviendo
con esa incertidumbre de que algún día van a poder
vivir nuevamente tranquilos, porque esa gente ya no puede hacer
nada ya. Es un trabajo que la compañera Hortensia le
ha puesto Mi Pachamama está minada, ya que es
eso justamente lo que da a conocer en ese trabajo. Es un documental
que cuenta los casos reales de gente que ha sido minada en la
Iª y IIª región del país.
Y el segundo trabajo, es un trabajo que hemos empezado ya hace
bastantes años y que tiene que ver con el tema de las
aguas de los pozos del altiplano, específicamente del
Parque Nacional Lauca, de Parinacota. En este trabajo se da
a conocer cómo el Gobierno, a través de la empresa
agrícola, quieren extraer estas aguas de las napas subterráneas
y, no están viendo el desastre ecológico que se
puede generar en, tal vez, en veinte o treinta años.
Pero que ya lo hicieron en algunos pozos y se empezaron a secar
los bofedales, se empezaron a morir los animales, se empezó
a trasladar la gente justamente desde los lugares en donde vivía.
Es un trabajo que ha costado mucho hacerlo, porque son trabajos
que también tienen una persecución política
en la región, una persecución policial, hasta
intervención de teléfonos, encierro de algunos
dirigentes. La verdad es que cuando hemos tenido la visita de
autoridades, del presidente Lagos (en dos oportunidades), nos
han llevado detenidos por dar a conocer esa preocupación,
que justamente no es de nosotros, si no que es la preocupación
de las comunidades, y nosotros la queremos llevar al video.
Pasemos
a otro tema, ¿cuáles serían desde tu punto
de vista, las diferencias entre un realizador “blanco” y uno
indígena?
La forma de vida, la visión, justamente el nombre que
lleva nuestro centro es Con Visión de Comunicadores.
Chasqui es un mensajero que, por lo general, lleva
las encomiendas y los recados de nuestra gente por las comunidades,
y es esa la visión que queremos entregar de nuestros
trabajos. Visión que lamentablemente no tienen los realizadores
audiovisuales, ni los cineastas, ni los comunicadores blancos,
porque no han vivido en comunidad. Entonces, tal vez, han tratado
de hacer un gran esfuerzo en querer mostrar algunas cosas, pero
no es lo mismo porque, por ejemplo, si alguien quiere mostrar
ceremonias como el Pachallampe, que todavía
se siguen realizando en la región. O los Carnavales,
las Vilanchas, el Machacmara que se vive en
estas comunidades, toda la parte espiritual, ceremonial, no
lo van a poder mostrar de la misma manera como lo vamos a mostrar
nosotros como comunicadores indígenas. Nosotros vivimos
y pertenecemos a las comunidades, a pesar que con el tiempo
nos hemos desplazado a la ciudad, porque nuestra gente indígena,
en una mayor población se encuentra –justamente- viviendo
en la ciudad.
¿Qué
trabajos conoces de realizadores blancos, de chilenos, que se
hayan realizado en Lickanantay?
El trabajo que ha realizado en la región el compañero
Claudio Mercado, nos parece una idea muy buena y respetuosa
también, porque yo ubico a Claudio y sé que ha
entrado con una de las mejores intenciones. Pero a veces no
se cumple el objetivo de lo que nosotros esperamos como comunicadores
indígenas, de poder mostrar las cosas de forma más
real, y vivir lo que vivimos nosotros que es el diario vivir
en las comunidades.
Hace mucho tiempo salió también un trabajo de
Silvio Caiozzi, que es “A la Sombra del Sol” ,
y hacíamos el comentario de que todos estos trabajos
que han salido, puedan volver a las comunidades. Que las mismas
comunidades puedan tener un registro de lo que han hecho personas
de afuera, que han ido a las comunidades y que no tenemos un
mayor registro, porque se encuentran todavía en lugares
que no hemos tenido acceso. La verdad de las cosas, es que han
sido bien pocos los trabajos, a parte de las grandes producciones
como “Al Sur del Mundo” o “Tierra Adentro” ,
que han sido más de un orden turístico y que no
dan a conocer la lucha en la que se encuentran actualmente los
pueblos indígenas del norte.
¿Cómo
ha sido tu experiencia en términos de capacitación
audiovisual? Háblame de tu experiencia con el CLACPI
y de tu pasantía en Bolivia.
A partir de esta incorporación, a través de los
talleres que han venido desarrollando durante muchos años
lo que era el Consejo Latinoamericano de Cine y Video de los
Pueblos Indígenas, que hoy en día se llama la
Coordinadora Latinoamericana de Cine y Video de los Pueblos
Indígenas (ese es el último cambio que se ha hecho
en Santa Cruz de la Sierra, hace un mes atrás). Como
te decía, ese trabajo con el CLACPI parte con una pasantía
que, yo como soy uno de los iniciadores del tema audiovisual
indígena en el norte, comenzó con una capacitación
en Cuba, donde se nos entrenó en manejo de cámara,
gracias al apoyo que hemos recibido al por parte de CLACPI.
Posteriormente, a través de los fondos concursables que
tiene el gobierno de Chile, he postulado a FONDART para poder
estar en una pasantía, proyecto que me aprobaron y que
me permitió estar alrededor de cinco meses en el Centro
de Formación y Realización Cinematográfica
(CEFREC), que dirige Iván Sanjinés. Ahí
estuve trabajando en un canal comunitario indígena de
Sapecho, que queda en el sector de los Yungas. También
participé en un trabajo colectivo que se llama Para
seguir viviendo, que es un documental que muestra la artesanía
del pueblo indígena Tacana.
Posteriormente viene el festival que se hizo el 2004 en Santiago.
Y a partir de allí, comenzamos el proceso de capacitación
en las comunidades indígenas de la Iª región,
con un fuerte movimiento de lo que es la difusión en
comunidades, tanto en Arica como en Iquique, a través
del Programa Sismo del Ministerio de la Cultura, y en San Pedro
de Atacama con la Universidad Católica del Norte, que
es lo que estamos mostrando hoy en día en el Festival.
También hay un compañero que durante el periodo
de enero y febrero se fue Cuba a un taller de guión.
Las capacitaciones han sido no muy seguidas, pero sí
rescatamos de que esta capacitación que ha impulsado
CLACPI, a través de todo este proceso, nosotros nos hemos
dado a conocer y le hemos entregado todo ese conocimiento a
dirigentes y a las comunidades indígenas como parte de
la reciprocidad que entendemos nosotros como Aini.
¿Qué es lo que pasa con esas capacitaciones
en Chile? ¿De que manera se podrían implementar,
y qué problemas habría que superar para realizarlas?
Creo que se da, justamente hoy día estaba viendo unos
talleres de guión que se piensan hacer acá a través
de la Cineteca de La Moneda, pero lamentablemente nosotros venimos
de otra región. Nosotros venimos de una región
donde no llega este tipo de capacitaciones, no llegan muchos
recursos, más que los recursos del Consejo de la Cultura.
Entonces nosotros no tenemos acceso a este tipo de capacitación.
Por esto, la única forma que nosotros tenemos de estar
en una capacitación es generando redes de trabajo, en
la cual siempre nos ha apoyado la gente de CEFREC. Principalmente
es la capacitación que hemos recibido nosotros, porque
también estamos en cercanía con Bolivia y es más
factible. Más bien parte de la preocupación de
ellos en el tema de la capacitación, y una constante
solicitud que nosotros tenemos hacia el país vecino que
es Bolivia. Por lo menos en la región de donde yo vengo,
es al contrario, somos nosotros que con mucho esfuerzo hacemos
este tipo de capacitación, a veces sin recursos, a veces
con recursos a través de la Secretaria Regional de Gobierno,
pero es un tema nuevo, por lo menos en el norte es un tema en
el que hemos empezado a generar una visión distinta.
Es más, ojalá que este año, que tenemos
la invitación por parte de un canal de televisión
local, podamos llevar a la pantalla este Festival por un periodo
de seis meses, pero todo pasa por el tema de auspicio, queremos
buscar los auspiciadores, porque las herramientas las tenemos,
tenemos el material, tenemos bastante material en nuestro poder
que queremos mostrar a la comunidad, y que lo hacemos constantemente,
pero la idea es que mucha más gente pueda ver este tipo
de trabajo.
¿Encontraste
algún tipo de oposición a tu trabajo dentro de
las comunidades, o dentro de las organizaciones indígenas?
Es decir, ¿recibiste comentarios del tipo “esto no
pertenece a la cultura tradicional”? ¿O más
bien la gente apoyó inmediatamente tus trabajos audiovisuales?
Cuando partimos hace ya muchos años, sentimos y a veces
aun lo seguimos sintiendo -no en todas las comunidades por supuesto-
ese cierto temor, ese cierto recelo del ingreso de una cámara
a las comunidades, porque lamentablemente como te comentaba
al principio, hubo mucha gente que al principio de la década
de los setenta y de los ochenta, ingresaron con cámaras
a grabar Carnavales y lamentablemente la gente no ha tenido
devolución de esos trabajos. Y entonces, muchos de esos
trabajos hoy en día andan en festivales internacionales,
Francia, España, y sin el consentimiento mayor de las
comunidades.
Los trabajos que estamos haciendo, los hacemos en coordinación
con organizaciones que tienen que ver con el tema o con dirigentes
de comunidades que son afectadas en algunos temas. Por ejemplo,
el tema del agua, hay gente que es propietaria de esos terrenos
donde están las napas. También con ellos trabajamos
el tema de las minas antipersonales, tenemos un libro que un
médico cirujano entregó, hay alrededor de 50 casos
en la IIª región.
Hasta ahora no hemos tenido mayor negativa de la gente, al contrario,
porque nosotros tampoco nos lucramos de ésto, para nada.
Lo que sí les comunicamos que es un trabajo que queremos
dar a conocer, de la injusticia que están pasando y de
la cual incluso hoy en día todavía se sigue comentando
en las Naciones Unidas, a través de los representantes
que tiene el gobierno que los pueblos indígenas están
bien, cosa que nosotros queremos mostrar que no es así,
no estamos bien, desde el hecho de que no tengamos el reconocimiento
constitucional, no vamos a estar bien.
Para
cerrar, una pregunta que tiene que ver con el tema de la mesa
que acabamos de presenciar, ¿existe el video indígena?
¿O es más bien, un video indigenista que viene
desde “afuera”?
Yo creo que existe un video indígena, porque el hecho
que nosotros demos a conocer nuestras costumbres y nuestras
tradiciones, no lo hacemos con el sentir indigenista. El sentir
indigenista para nosotros es una copia que quiere hacer el blanco
en relación con nuestra cultura indígena, en querer
cerrarse a muchas cosas, a buscar la pureza en las cosas. Porque
nuestra cultura también ha cambiado, en forma positiva
y en forma negativa, pero siempre rescatamos de qué forma
nosotros podemos dar. Por ejemplo, este tipo de tecnología
para seguir haciendo videos indígenas, porque sin esta
herramienta no podríamos mostrar nuestras culturas indígenas.
El indigenismo para nosotros es una palabra que tiene que ver
más con filósofos, pensadores que quieren hacer
de esta cultura indígena algo más puro, más
blanco cuando ni siquiera han tenido la suerte de estar en las
mismas comunidades.
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