El
amor por la naturaleza se fue apoderando cada vez más
de mí, y un día pensé en la desgracia
que sería morir sin haber visto toda la Tierra”.
En 1880, auspiciado por la Universidad de Cristianía,
Carl Lumholtz parte hacia Queensland, Australia. Pasará
allí cuatro años, formando colecciones zoológicas
para museos europeos, que incluyen un canguro arbóreo,
hasta entonces desconocido. De vuelta en Europa, quizás
las noticias sobre las últimas luchas de los apaches
lo estimulan a explorar ahora los territorios del Norte
de México. En New York se vincula con Franz Boas,
y gana el apoyo financiero del Museo de Historia Natural.
En México consigue una entrevista con el dictador
Porfirio Díaz, quién le otorga autorización
y respaldo para su expedición.
Lumholtz tiene una ambición definida: rastrear
en la Sierra Madre mexicana a los pueblos habitantes de
cavernas, emparentados seguramente con los del sudoeste
de Estados Unidos. Pero su expedición, como dijimos,
incluye un equipo multidisciplinario, que pretende hacer
un relevamiento de conjunto de la región. |
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Comienza
allí una de las grandes aventuras de la antropología
y de la fotografía, que tendrá como resultado
el relato de los viajes y de las observaciones de Lumholtz
(El México Desconocido, publicado
por primera vez en 1902), más de 2.000 negativos
de vidrio, colecciones de plantas (27 especies desconocidas
hasta entonces), mamíferos (55), un millar de aves
y una profusa colección de objetos de los pueblos
indígenas de la Sierra Madre. Las imágenes,
que acompañaron las sucesivas ediciones del libro
(1945, 1960, 1986), han ganado ahora autonomía
en una publicación específica, Montañas,
Duendes, Adivinos... (2000), preparada a partir
de los negativos de segunda generación que conserva
en México el Instituto Nacional Indigenista (los
originales en placa de vidrio, junto con los objetos,
están en el American Museum of Natural History).
En 2002, el Instituto Nacional Indigenista, junto con
el CIESAS, editó un CD con imágenes de su
Fototeca Nacho López, coordinada por Teresa Rojas
e Ignacio Gutiérrez Ruvalcaba, que incluye muchas
imágenes de Lumholtz (El Mundo Indígena:
Iconografía de Luz, INI/CIESAS, México,
2002). Y en 2003, en la Casa de Cultura de Tlalpan, se
realizó una exposición de fotos de Lumholtz
tomadas durante sus expediciones en Australia, India y
Borneo.
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