Por Mauricio Yánez
Santafe de Bogotá, marzo de 2000.
“Un país que no tiene Cine Documental es como
una familia que no tiene álbum de fotografías”.
PRESENTACIÓN
El Cine en sus orígenes nace como una necesidad de atrapar
y mostrar la vida humana en la forma más realista posible.
Las primeras imágenes de fines siglo pasado muestran
escenas de un “tren llegando a la estación”
o una “salida de la fábrica”. El documental
es una mirada audiovisual, que a diferencia del periodismo,
no busca la objetividad ni pretende la imposibilidad de alcanzarla,
sino que emplea una narración más personal, más
creativa y menos rígida, una mirada crítica, que
seduce, que impacta, que argumenta.
En Chile,
este género aún está en los albores de
un desarrollo más masivo y con alguna perspectiva comercial.
Existen directores que han desarrollado el Cine Documental
como herramienta de expresión, y han contribuido a
mantener vivo en la memoria épocas de la historia que
han sido trascendentes en la vida del país y de otros
pueblos.
Patricio
Guzmán es un gran ejemplo. Él es el director
chileno de Cine Documental, que más se ha destacado
en este género. Su realización La Batalla
de Chile, que narra lo que fue la experiencia de
la Unidad Popular, filmada durante esa época, se ha
convertido en un clásico documental latinoamericano.
Recientemente estrenó en Chile La Memoria Obstinada,
una suerte de continuación de la “Batalla”,
una mirada reflexiva de los 70 con los ojos de los 90.
A
Patricio Guzmán lo encontramos en Bogotá, Colombia,
como el curador oficial de la muestra de Cine Documental que
organiza la Dirección de Cinematografía, seleccionando
y presentando las películas que participaron en la
muestra y exhibiendo su última película sobre
un pueblo mexicano. Nos dio esta entrevista para hablar sobre
este arte que él califica como “lo más
entretenido que pueda hacerse en materia cultural”,
y también de su mirada sobre Chile.
¿Cómo entra Patricio Guzmán al
Documental?
Estudié dos carreras que no terminé, Filosofía
e Historia. Me empezó a interesar el cine cuando vi
películas en Santiago que me impresionaron. Noche
y Niebla, Europa di Notte, Morir
en Madrid. Estas películas yo las vi en el
[cine] Bandera y en el [cine] Pacífico, y me encantaron;
y descubrí que había una manera de hacer cine
donde yo me sentí capaz de entrar.
¿Por
qué elige el Cine Documental y no al Cine Argumental?
Porque siempre en todo el mundo y en toda época ha
habido cineastas que prefieren contar lo que sienten, ayudándose
de la realidad, no inventando una ficción. Una cosa
buena que hay en el Cine Documental es que los distintos colegas
tenemos menos problemas de egolatría. Como es un cine
más barato, más proletario, nos reconocemos
más fácilmente. Nos gusta más hablar,
¿cómo hiciste esto?, ¿qué paso
aquí?, ¿cómo conseguiste financiamiento?,
¿dónde vendiste?, ¿cómo te ha
ido?.
¿Cómo trabaja el guión en sus
documentales?
Los trabajo bastante. Primero descubro una idea, trabajo esa
idea; después hago una sinopsis, como de cinco páginas
y después hago un primer tratamiento, un guión,
al cual yo le llamo “guión imaginario”,
porque en un documental no se puede prever lo que va a ocurrir.
Pero yo invento lo que podría ocurrir. A eso que yo
le llamo “guión imaginario”. Dura 25 páginas.
¿Qué elementos nuevos se han introducido
en el documental en estos últimos años en cuanto
a la temática, a la narración, al tratamiento
de las películas?
Lo más importante que ha ocurrido es la innovación
en el lenguaje, los recursos narrativos. Antes los documentales
eran planos sueltos y una voz, y más o menos funcionaba.
Después, cuando vino el sonido directo, entrevistas
y planos. Hoy, lo que más se quiere hacer no es entrevistar,
sino construir personajes.
Profundicemos
un poco más sobre el concepto “construcción
de personajes”
Por ejemplo, yo te entrevisto a ti, tú estás
en tu trabajo, me interesa lo que tú dices porque el
tema lo explicas bien, tienes una facilidad, eres fotogénico,
eres claro, síntesis, perfecto. No sólo te entrevisto,
sino que voy a tu casa, y te muestro con tu familia, con tus
amigos, te muestro el día domingo, te muestro en silencio,
te muestro tus manos escribiendo, doy vueltas alrededor de
tu vida, y tú ya no eres un entrevistado, sino que
eres un personaje que va a hablar en muchas direcciones, y
que va a cubrir parte del tema, y ya no eres un busto como
un locutor, como un telediario, sino que eres un hombre, que
se desenvuelve, con su familia, con sus hijos, con sus expresiones,
cuando está cabizbajo, cuando está en silencio.
Eso es un personaje. Y hoy por ahí va el Cine Documental.
También se ha innovado mucho en las elipsis, antes
había que explicarlo todo, ahora el público
es mucho más receptivo, con cuatro palabras basta y
sobra, lo demás sale solo. Hemos perdido el sentido
educativo, irritantemente pedagógico, las películas
se han vuelto más poéticas, más metafóricas.
El documental ha dejado de ser realista. Esa es la clave.
¿Y en cuánto a las temáticas?
Se han diversificado. Te doy una gama: biografías,
deportes, ópera, ballet, teatro, literatura, historia,
archivo, temas sociales. Esta gama antes era más restringida.
¿Cuál es el papel que usted le asigna
al documental?
Es un derecho del ciudadano. Es un derecho que tiene el ciudadano,
es decir, ver ensayos cinematográficos, análisis,
miradas agudas de problemas. Esto no significa que sean pesados;
también hay miradas optimistas de distintos aspectos
de la vida. Creo que el documental es mostrar la vida del
ser humano en cualquier manifestación. Un país
que no tiene Cine Documental es como una familia que no tiene
álbum de fotografías.
¿Cómo
ve el desarrollo del Cine Documental en América Latina,
y a su juicio, qué podría potenciarlo?
El desarrollo está mal, porque las televisiones que
son muestra principal ayuda son atrasadas. Es una televisión
arcaica, mercantil, a menudo inmortal, de circo, de risa fácil,
de entretención frívola; y entonces no contempla,
la mayoría, dentro de sus franjas el Cine Documental,
una mirada más analítica del entorno. En ese
aspecto estamos mal, porque si ellos no cambian entonces de
dónde vamos a sacar la plata para hacerlo.
Se puede luchar y se pueden hacer hoy películas con
muy poco dinero, con una cámara de aficionados, de
video, darla en festivales, vendérsela a los ministerios
de cultura, ministerios de educación, poblaciones,
centros sociales. Ser puede agitar, pero es difícil
vivir así. Con el tiempo van a surgir seguramente canales
diferentes, canales temáticos que se llaman.
¿Qué piensa de la entrada del video
al documental?
Extraordinario, porque ahora cualquiera de nosotros con una
cámara modesta podemos llevar a la práctica
nuestros sueños. En el documental converge la televisión
y el cine, no hay polémica. Lo importante es el lenguaje,
no el soporte.
¿Si no fuera cineasta, qué le gustaría
ser?
(ríe maliciosamente mientras se concentra mirando hacia
arriba) Profesor.
¿Profesor de qué?
De Cine Documental.
¿Qué está leyendo?
Como la próxima película que tengo que hacer
es sobre la justicia internacional, y vengo de Santiago, compré
veinticinco libros sobre la Dictadura, que yo no los había
leído. Acabo de leer uno que se llama Los Zarpazos
del Puma, de Patricia Verdugo. Inmediatamente atrás,
porque estoy leyendo uno tras otro, de la Gladys Marín,
sobre su testimonio, se llama creo de la Operación
Cóndor.
De otro lado, lo que más me gusta de mis lecturas es
el ensayo. Acabo de terminar de leer Suiza lava más
blanco, que es una demostración que Suiza con
los millones que se quedó de los judíos, se
transformó en un imperio comercial muy discutible.
Un libro espléndido.
Leí un libro muy interesante que se llama Los
pequeños intereses de la vida, que es de un
francés, que habla del placer de tomarse un vaso de
cerveza, un pincho de tortilla, o que sé yo, fumarse
un cigarrillo en la mañana justo antes del café,
o sea, pequeños placeres de la vida cotidiana. Es un
libro de moda, muy interesante.
¿Qué
películas ha visto últimamente?
Veo muchos documentales. Una cosa muy interesante es que cuando
tú terminas un documental, el productor en Francia,
organiza un estrenito, que no es un estreno en un cine, generalmente
es en el mismo lugar donde tú mezclas, pides la sala
y mandas una invitación y vienen generalmente cien,
ochenta personas que son colegas y se pasa tu película;
y tienes la oportunidad de estar en muchos estrenos informales
a cada rato.
¿Qué proyectos tiene para el futuro
inmediato?
Estoy terminando una película documental sobre la isla
de Juan Fernández, la isla de Robinson Crusoe, que
tengo que sonorizar en París, la música la hace
Jorge Arriagada, otro chileno, que también vive en
París; y es una descripción muy ligera, es un
documental liviano, de la isla. En el mes de julio comienzo
a trabajar en la investigación de una película
difícil sobre la justicia internacional, el caso Pinochet.
UNA MIRADA A CHILE
¿Cómo
ve a Chile, tanto como ciudadano como documentalista?
Como documentalista, hay una cierta esperanza, en el sentido
que FORNDART reparte más o menos equitativamente su
plata, mejor que en otros países en Latinoamérica.
Con eso tu puedes hacer un pequeño documentalito, eso
estimula mucho. O sea que estamos mal pero no tan mal.
****En
el aspecto de un país como ciudadano, lo encuentro
enormemente entristecedor. Ver que la geste no sonríe,
que hay que ir apurado, que cuando hablas de un tema político
vuelven a la cabeza. La tensión que tú sientes
es mucho mayor que la que tú sientes aquí (Colombia).
Allá en Chile no hay inflación, o la que hay
es pequeña, hay un horizonte económico más
o menos decoroso, Lagos va a ser Presidente de la República,
es un socialdemócrata de avanzada, ya sabemos que la
socialdemocracia no llega muy lejos, pero algo va a ocurrir.
Bueno, hay muchos elementos que te deberían hacer sonreír,
y sin embargo aquí, la gente es mucho más vital
que allá, y este es un país sin destino político,
sin destino económico, donde el aparato del Estado
se viene abajo, donde la guerrilla perdió el rumbo,
los políticos están corruptos, narcotráfico,
y sin embargo la gente es más vital, entonces, ¿cómo
es posible eso?. Allá las relaciones humanas son más
difíciles, la gente tú le hablas a un desconocido
y vuelven la cara, se asustan. Me da la impresión que
estamos en un dilema, un trauma que no lo hemos analizado,
no hemos vuelto a recuperar nuestro espíritu liberal
de los tiempos de Frei y de Allende, hemos perdido el espíritu
del diálogo.
¿Qué temáticas puede tomar el
documental ahí?
Es una cantera Chile, es un campo arqueológico lleno
de momias tiradas en el suelo. Es cuestión de coger
un saco y empezar a recoger tesoros. Porque cuantos héroes
anónimos hay, en todo orden de cosas, desde los que
defendieron La Moneda hasta los tipos que estuvieron en Curicó,
anda saber tú donde, haciendo algo útil, de
los que arriesgaron su vida durante los dieciséis años
de Pinochet, etc. Restablecer los valores, quién fue
Allende, qué fue la Unidad Popular, qué fue
el Poder Popular, que pasó con esa Revolución.
CONTRAPUNTO.
Salvador
Allende
Esperanza
Batalla
de Chile
Memoria
General
Pinochet
El Horror
Memoria
El Futuro
Cine
Documental
Lo mejor y más entretenido que se pueda hacer culturalmente.