Los espacios informativos de las mañanas en los dos canales del
Estado fracasaron en su primer año; en el Canal A, a comienzos del
año 2001, desaparecieron sus franjas informativas del mediodía
y al término del mismo no había ningún noticiero. En
el transcurso del año 2001, dejaron de emitir noticias en las dos franjas
de la noche el Noticiero 24 Horas, el Noticiero Nacional, Noticias de la Noche,
Noticiero de las Siete y En Vivo 9.30 P.M. La misma suerte corrieron el Informativo
Nacional, la Revista 24 Horas, el Noticiero TV Hoy, Uninoticias y NTC Noticias.
El Canal A, que en 1997 transmitía cuatro noticieros diarios entre
semana y tres en los fines de semana, hoy no tiene ninguno. Junto con las
empresas programadoras que habían participado en la fundación
y el desarrollo de la televisión en Colombia (como JES, Cenpro, Punch
y Tevecine), desaparecieron seis agencias de publicidad y productoras de comerciales
para televisión: Propaganda Época, Contacto, Mercurio, Atlas,
Esfera y Tema, mientras que otras agencias y programadoras redujeron su personal
en más de un 80% y se convirtieron en casas de posproducción” . |
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La competencia
entre programadoras se acabó y comenzó la competencia entre
canales: los privados y los públicos. Es aquí donde podemos
empezar a delimitar nuestro campo. La lucha comenzó a definirse por
la diferencia en el capital económico que anticipó una desigualdad
tecnológica entre los canales. Una estrategia de lucha consistió
en suprimir la publicidad de productos -pertenecientes a esos dos grupos económicos-
en los canales públicos llevándolos a la quiebra. Los dos canales
privados, supuestamente antagónicos, se aliaron para excluir los canales
públicos de las transmisiones de fútbol y fórmula uno,
deportes de interés nacional.
No
fue, sin embargo, una lucha centrada en el capital económico. Este
fue tan solo una herramienta para conducir otra lucha: el posicionamiento
político de los dos grupos. El costo que asumieron para conseguir
la hegemonía fue tal, que todos estos años los canales privados
trabajaron a pérdida, algo ilógico si se mira desde el punto
de vista económico.
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